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Reportaje:

La sombra de Stalin persigue a Trotski

La familia se queja de que "la enfermedad anticomunista" impide su rehabilitación en Rusia

Investigadores y familiares de León Trotski, el hombre que se enfrentó a Stalin, confiesan que la sombra de éste sigue persiguiendo su mito aún en la nueva Rusia. Trotski, 52 años después de su asesinato en México por el español Ramón Mercader, no es ya un nombre prohibido en Rusia pero, tal como confiesa su nieto Esteban Volkov, el anticomunismo que se extiende por el país está impidiendo su rehabilitación histórica y permitiendo, por ende, que todavía permanezca sobre el personaje "una imagen falsificada"."Hoy en Rusia todo es confusión", asegura Volkov, de 66 años y único testigo vivo de aquel asesinato. "La resabia contra el comunismo ha provocado que la gente introduzca en el mismo saco a Marx, Lenin, Stalin y Trotski. Esto es injusto porque no se distingue y se ve todo negro".

El único país del mundo donde se venera a Trotski es México. La casa-fortaleza donde fue herido de muerte es hoy un museo, tutelado por- una institución filogubernamental, donde se exhiben todos sus efectos personales y se guardan, en un monumento funerario, sus cenizas. Es un santuario de peregrinaje de escolares, universitarios, turistas y curiosos de todo el planeta.

Yuri Páporov, un investigador ruso que desde hace un año permanece a diario trabajando sobre la biblioteca particular y los efectos personales del autor de La revolución traicionada, asegura que con la perestroika se dieron tímidos intentos por conocer "la verdad" sobre el personaje, proscrito por el sistema desde que Stalin lo expulsara del país en 1929. Pero éstos resultaron vanos y la muerte precipitada de aquella reforma liderada por Mijail Gorbachov trajo consigo una "enfermedad anticomunista que ha provocado que nadie quiera hablar hoy día ni de Stalin ni de Trotski".

"Es más: percibo en Rusia un interés por buscar chivos expiatorios y se habla mal de los judíos y de los masones", indica. "Como Trotski era, además de comunista, de origen judío, pues disminuye el interés por su persona, de un lado, o lo pintan aún más de negro, de otro. Es un personaje con mala suerte".

Volkov, que ejerce como químico en México, y Páporov, ex diplomático y antiguo corresponsal de Novosti en La Habana, son, sin embargo, optimistas, y creen que tarde o temprano Trotski recuperará su sitio en la historia de Rusia. "La caída del sistema ha provocado confusión y pérdida de perspectiva histórica", asegura el primero. "Trotski se rehabilitará cuando se desarme la cortina de humo estalinista", añade el otro.

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