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Aznar acusa al Gobierno de caer en reacciones histericas por miedo a una derrota electoral

El presidente del PP, José María Aznar, replicó ayer con dureza a las acusaciones de irresponsabilidad lanzadas el viernes contra su partido por la ministra portavoz del Gobierno, Rosa Conde. Aznar no rehuyó el cuerpo a cuerpo, dio a entender que la política se hace también de enfrentamientos -siempre que sean sólo dialécticos- y ex plicó las descalificaciones de Rosa Conde porque "tras las próximas elecciones, el PP va a gobernar". Esta previsión provoca, según Aznar, "reacciones profundamente histéricas. No ya pérdida de rumbo, sino pérdida de] juicio en algunos".

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El presidente del PP, que clausuró con un acto en Madrid la campaña informativa de su partido sobre el tratado de la Unión Europea, remachó sobre la situación política: "Los socialistas franceses prometieron ética y empleo y ahora en Francia tienen corrupción y desempleo. Los socialistas españoles prometieron hace 10 años ética y empleo y ahora tienen corrupción y paro".Aznar cerró con el acto de ayer varias semanas de intensa actividad política con giras por Cataluña, País Vasco, Andalucía, Murcia y Castilla-La Mancha, repletas de reuniones con los responsables locales de su partido y los medios de comunicación. En algunos casos, también ha participado en mítines multitudinarios.

Tras las vacaciones navideñas, el presidente del PP tiene previsto reanudar su actividad preelectoral todavía con más intensidad. Tras viajar a Alemania, donde mantendrá un encuentro con el canciller Helmut Khol, la junta directiva del PP le proclamará candidato frente a Felipe González a mediados de enero.

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A primeros de febrero, el PP celebrará un congreso para lanzar la precampaña y dar carta de naturaleza a su programa electoral. El objetivo de Aznar es tener todo preparado para un eventual adelanto de las elecciones legislativas a las primeras semanas de marzo. En todo caso, pretende, en una situación de desgaste del Gobierno y el PSOE, arrebatarles la iniciativa política desde que comience el año.

Aznar no considera enrarecido el clima político por la escalada de ataques y descalificaciones abiertamente prelectorales, en la que ayer participó personalmente y que el viernes había relanzado Rosa Conde. Consideró "gracioso" que se destaque en los titulares de los periódicos su enfrentamiento dialéctico en el Congreso de los Diputados con el jefe del Gobierno, Felipe González, a propósito de la cumbre europea de Edimburgo.

"¿Cómo quieren que sean los enfrentamientos en el Congreso?", se preguntó. "Hombre, dialécticos tienen que ser. Para eso está el Congreso de los Diputados". En referencia a las críticas sobre el uso de las sospechas de corrupción como arma arrojadiza, Aznar rechazó el término. "No hay armas arrojadizas. Lo que hay es corrupción y lo que tiene que determinarse claramente son las responsabilidades. En España no había un problema de corrupción y ahora lo hay, después de 10 años de gobierno socialista".

Aznar descartó de plano cualquier plan de coalición conel CDS -"no hay nada de eso, es una hipótesis que yo no sé quien ha lanzado"-, aunque reiteró su disposición generosa hacia los centristas que quieran pasarse a su partido. "El centrismo hoy está en el PP y España se gobierna desde el centro", aseguró. "He demostrado siempre una política de mano tendida hacia aquellos que quieran integrarse en el PP".

En su intervención ante el público, el presidente del PP tampoco perdió oportunidad para dirigir venablos a Felipe González, en una dialéctica abiertamente preelectoral.

Calificó de "debate estúpido" y "acusaciones grotescas" las que le hizo González en el debate parlamentario sobre la cumbre de Edimburgo, porque "una cosa es discutir el papel de nuestros sectores industriales o agrarios y otra poner en cuestión el horizonte europeo", que para el PP es indiscutible.

"Pero este año se debían haber creado 600.000 empleos y se han destruido 300.000", señaló. Citando a Pío Cabanillas y refiriéndose siempre a González, Aznar dijo que esas cosas pasan "cuando se tiene la política nacional de dormitorio" e insistió en la necesidad de aunar esfuerzos para un proyecto nacional, por oposición a quien ya sólo "busca adhesiones a un proyecto personal".

Felipe González cosecha "un fracaso estrepitoso", concluyó el presidente del PP sus ataques al jefe del Gobierno. "Su pérdida de credibilidad confesada es problema suyo, pero el desempleo, en cambio, es un problema de todos. Echar las culpas a los demás es un rasgo sencillamente patético. Europa no se hace de cumbre en cumbre sino con el progreso del país cada día".

Aznar está decidido a torpedear los planes socialistas de convertir la construcción europea en el centro de la campaña electoral y quiere llevar a primer plano la situación española, en especial la económica. De ahí su enfoque insistente de las últimas semanas, que ayer reiteró. Tras la cumbre de Edimburgo, "Europa sigue adelante" -lema del acto celebrado en Madrid- "y ha llegado el momento de ocuparse de España".

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