Chissano y DhIakama se abrazan en Roma y ponen en marcha el proceso de paz para Mozambique
El presidente de Mozambique, Joaquim Chissano, y el líder de la guerrilla, Afonso Dhlakama, llegaron a un acuerdo para poner fin a la guerra civil en ese país africano antes del próximo 1 de octubre. La reconciliación nacional entre los hermanos y enemigos en lucha desde hace más de 15 años fue sefiada ayer en Roma por un largo abrazo entre el jefe del Estado y el líder de la Resistencia Nacional Mozaníbiqueña (Renamo), en presencia del presidente Robert Mugabe, de Zimbabue; del canciller italiano, Emilio Colombo, y de decenas de observadores europeos y estadounidenses.
Pese a los gestos espectaculares y a las buenas palabras, el compromiso de continuar las negociaciones y de llegar a un acuerdo definitivo a muy corto plazo fue el único resultado concreto de la cumbre de Roma, ya que los dos beligerantes no llegaron siquiera a ponerse de acuerdo sobre una tregua armada.Era visible la frustración de la delegación oficial mozambiqueña, pero también en la de Mugabe, que se empeñó en conseguir el fin de la guerra en Mozambique, en la que más de 10.000 soldados de Zimbabue participan actualmente al lado de las tropas gubernamentales.
Los mediadores italianos y de la Iglesia católica mozambiqueña e italiana están convencidos de que el proceso de negociaciones iniciado hace más de dos años entra en la recta final, y que "no existen condiciones para volver atrás".
La Renamo se comprometió a suspender sus acciones militares únicamente después de la firma del acuerdo definitivo, que deberá a su vez ser precedida por la ratificación por el ac tual Parlamento de Maputo de todos los protocolos ya concluidos en Roma.
Para Dhlakama, el encuentro mantenido en la capital italiana con el presidente Chissano constituye sobre todo una importante victoria política y diplomática y el reconocimiento de su movimiento como partido político de oposición sin tener que sujetarse a las mismas exigencias que fueron puestas a los otros partidos políticos mozambiqueños.
Una de las cuestiones aún abiertas es la participación de la ONU el control del alto el fuego y de la preparación de las elecciones que deberán celebrase el próximo año.
