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Una maquinista fuera de trámites

Javier Casqueiro

Para ser maquinista de Renfe hay dos posibilidades. Una obliga a entrar en la empresa y cumplir unos trámites reglamentarios que pueden durar un mínimo de dos años. La otra se logra en menos de 15 días... siendo presidenta de Renfe. Los sindicatos acusan a Mercé Sala de saltarse a la, torera el proceso normal.Un portavoz de CC OO informó que no se puede ser maquinista sin pasar antes por la categoría de primer ayudante. Luego, hay que esperar la convocatoria de plaza y después emprender el proceloso camino de los cursillos y los exámenes. El primer curso se basa en el conocimiento teórico (dos meses) y práctico (seis semanas) del Reglamento General de Circulación Ferroviaria.

El otro curso versa sobre conducción de vehículos y se divide en uno de materiales de los motores eléctricos (tres semanas), otro de características de los vehículos base otras tres) y el último de vehículos específicos, en este caso cercanías (entre tres y seis). Las prácticas con trenes se realizan en 15 días, con y sin viajeros, pero con la presencia del maquinista titular y un monitor de formación.

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La presidenta de Renfe acude habitualmente al trabajo conduciendo un tren de cercanías

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La presidenta de Renfe, Mercè Sala, no respondió ayer por la tarde a la invitación de este periódico para que ofreciera su versión sobre los hechos. Desde el gabinete de prensa se explicó que el interés de Sala al ponerse al volante es doble: satisfacer una apetencia personal y conocer a fondo el funcionamiento de los cercanías.

Un portavoz de la dirección de Renfe se limitó a asegurar que la presidenta tiene la autorización para conducir cercanías de la serie 440 (antiguos) y 460 (nuevos) porque ha recibido, "durante nueve meses", las enseñanzas de conducción necesarias y exclusivas del jefe de maquinistas. "Naturalmente, no ha ido a clase con los maquinistas", aclaró. Este portavoz precisó que en Renfe se conceden títulos a conductores con cursillos de tres meses.

Uno de los revisores de la línea Norte-Alcalá de Henares que la acompaña en estas travesías apunta: "La presidenta hace estas cosas porque tiene una personalidad especial y un carácter muy humano". "Hay pocos directivos que bajen así a la arena y se enteren in situ de los problemas y de lo que sucede en sus empresas".

"La gente es que lo critica todo", explica un revisor en tono de defensa. "Hace unos meses le echaron la culpa de un retraso de media hora, y al bajarse en Chamartín la abuchearon y un pasajero dijo: "¡Así va Renfe!".

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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