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Solchaga ofrece un diálogo social basado de nuevo en moderación salarial y flexibilidad laboral

Victoria Carvajal

El ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, declaró ayer que el Gobierno está interesado en conseguir el máximo consenso social con vistas a la convergencia con la Comunidad Europea y mostró su voluntad de retomar el pacto de competitividad. Las declaraciones de Solchaga, más abiertas al diálogo, se producen después de las efectuadas por el vicepresidente del Gobierno en el mismo sentido. Sin embargo, el ministro ha dejado bien claro que el contenido de esas negociaciones se basará en la moderación salarial y la flexibilización del mercado de trabajo. Por su parte, el ministro de Trabajo, Luis Martínez Noval, demostró en Ginebra la misma voluntad negociadora.

"El programa de convergencia tendrá más garantías de salir adelante con una política de rentas pactada", señaló Solchaga ayer durante su conferencia de clausura del seminario La empresa española y la convergencia organizado por la Universidad de Alcalá de Henares. Solchaga reiteró, no obstante, que el pacto de competitividad debe marcar una "senda positiva pero decreciente de fijación de salarios". Esta propuesta de moderación salarial, idéntica a la que se incluía en el pacto que fracasó hace un año, se enmarca dentro de la política de restricción que se ha fijado el Gobierno para conseguir la convergencia con la CE.El ministro dijo que el Gobierno está abierto al diálogo social, "a hablar de la reforma del Inem y del sistema de formación profesional, pero no veo que sea esa la actitud de los sindicatos, aunque me gustaría equivocarme".

Pese a destacar la importancia de retomar el diálogo social, Solchaga advirtió que la imposibilidad de alcanzar un pacto no impediría llegar a los mismos resultados que se ha propuesto el Gobierno. "Llegaremos aunque el coste social sea mayor", dijo. "El Gobierno no puede permitirse el lujo de perder la credibilidad y debe llevar las medidas del plan hasta el final y sin vacilación". Solchaga señaló que el éxito del plan de convergencia español dependía tanto del cumplimiento de los objetivos macroeconómicos, como de las reformas estructurales y anunció que profundizaría especialmente en las reformas del mercado de trabajo con el objetivo de flexibilizarlo. Solchaga dijo también que la política monetaria será instrumento básico para cumplir los compromisos con el Sistema Monetario Europeo, pero no para controlar la demanda, como hasta ahora.

Máximo grado

Por su parte, el ministro de Trabajo, Luis Martínez Noval, hizo campana ayer también a favor del diálogo social y durante la conferencia de la Organización Internacional de Trabajo (OIT) en Ginebra señaló que el Gobierno desea que la convergencia se desarrolle "con el máximo grado de consenso social posible", informa desde Ginebra Javier Ortega.

Los sindicatos respondieron ayer a las declaraciones de los miembros del Gobierno que consideran "contradictorias entre sí", según una nota de CC OO y UGT. "De un lado, se insiste en la voluntad de diálogo, y de otro, se asevera con rotundidad la negativa del Gobierno a modificar sustancialmente medidas ya impuestas e incluso rechazando su negociación".

El comunicado critica la determinación del Gobierno a seguir adelante en las medidas ya adoptadas "con toda su regresividad social" y a añadir además otras como la de facilitar "aún más los despidos y abaratarlos". Los sindicatos concluyen que las actuales invocaciones al diálogo tripartito "pueden crear mayor confusión si buscan la reedición de una experiencia frustrada como la que se produjo hace un año" y reafirman la "necesidad de una verdadera negociación entre el Gobierno y los sindicatos sobre los puntos objeto del 28-M".

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