La estación del AVE recién inaugurada tiene goteras
El nido del AVE se llena de agua. La tromba de agua que descargó el sábado sobre Madrid apenas sirvió para aliviar la sequía, pero puso al descubierto las goteras que aquejan a la flamante estación de largo recorrido de Atocha, inaugurada el pasado 12 de abril. La terminal madrileña que acoge el tren de Alta Velocidad Española (AVE) cuenta como vestíbulo con un edificio centenario, en cuya rehabilitación se han invertido 1.460 millones. La cafetería situada bajo la marquesina ya ha sufrido dos inundaciones.
El mismo chaparrón que obligó a suspender el 15º festejo taurino de la feria de San Isidro anegó con una lámina de agua de dos centímetros de espesor el pavimento de la cafetería de la estación de Atocha. "Ya es la segunda vez que pasa desde que abrimos" confirmó ayer un responsable de la empresa hostelera. Las filtraciones de agua proceden de los muros que soportan la marquesina, en los que se apoyan otros dos edificios anexos. Mientras que la cubierta del edifico histórico ha superado la prueba de estanqueidad en el último chaparrón, las paredes laterales muestran amplias marcas de humedad.
En el interior de la cafetería, situada en uno de los edificios anexos, un muro se encontraba ayer completamente mojado. Según las explicaciones facilitadas por uno de los encargados del establecimiento, las goteras se deben a que las canalizaciones de desagüe de la lluvia no pueden absorber las trombas de agua en una superficie de recogida tan amplia como la que ofrece la marquesina. Además, se han producido roturas. "Las reparaciones se demoran porque las obras aún no han sido entregadas definitivamente al Ministerio de Transportes", agrega el responsable de la cafetería. En el ala de la nueva estación de Atocha que mira a la calle de Méndez Alvaro todavía continúan los trabajos de rehabilitación.
"Chapuza"
Un vecino que acudió el sábado con su familia a visitar la nueva estación aseguró ayer que "caían chuzos de punta dentro de la marquesina". Y agregó: "Es una chapuza que una obra recién inaugurada tenga goteras". La histórica marquesina de Atocha, construida hace 100 años, ha sido rehabilitada como vestíbulo de la nueva estación de largo recorrido de Atocha y como plaza pública de Madrid, ya que acoge un jardín tropical y una zona comercial -que todavía no está abierta-, además de las instalaciones de Renfe.
El jefe de estación que se encontraba ayer de servicio en Atocha declinó responder a las preguntas de este periódico y remitió cualquier información al gabinete de prensa de Renfe, que no presta servicio los domingos.
Por su parte, un taquillero de Renfe llamó la atención sobre la abertura de casi un palmo que separa la marquesina lateral de la estación en la fachada de la calle de la Infanta Isabel. Casi 24 horas después del chaparrón todavía quedaban en ese punto dos cubos de plástico sobre los que goteaba agua desde el techo.
En febrero de 1991, el Ministerio de Transportes adjudicó las obras de rehabilitación del edificio histórico de Atocha a la empresa Azvi, SA, por un importe de de 1.460 millones de pesetas.
En el complejo ferroviario de Atocha, que incluye también la estación de cercanías y el intercambiadior de transporte con el Metro y las líneas de autobuses, se han invertido un total de 22.717 millones de pesetas. En los andenes de largo recorrido hay ocho vías de ancho internacional para las unidades del AVE. En total, un tráfico de unos 4.000 viajeros al día. Por la terminal de cercanías pasan a diario 100.000 pasajeros.
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