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EE UU amenaza a Fujimori con romper el grupo de apoyo económico a Perú

Gustavo Gorriti

El secretario de Estado adjunto para Asuntos Interamericanos de Estados Unidos, Bernard Aronson, llevó ayer al régimen de Alberto Fujimori un claro mensaje de su Gobierno: "Si no se toman medidas para el pronto retorno de Perú a un régimen democrático que satisfagan a la comunidad internacional, el grupo de apoyo económico, de naciones amigas de Perú, quedará colapsado en pocas semanas y el retorno de Perú a la comunidad financiera internacional fracasará inexorablemente".

El grupo de apoyo se constituyó a comienzos de la presidencia de Fujimori, cuando el país realizó un gran esfuerzo para volver a recibir créditos de los organismos financieros internacionales. Sus principales participantes son EE UU y Japón. La función del grupo de apoyo ha sido la de aportar sumas que hicieran menos duro el esfuerzo de los pagos de la deuda peruna. Su desintegración cancelaría casi toda posibilidad de culminar los intentos de Fujimori por reintegrar a Perú en la comunidad financiera internacional.La parte más dura del mensaje de Aronson fue la relativa a las consecuencias que tendría la continuidad de la dictadura, no sólo en las relaciones bilaterales con EE UU, sino sobre todo en las relaciones multilaterales de Perú.

En la larga reunión mantenida en el palacio del Gobierno, Aronson -que estuvo acompañado por varios funcionarios del Departamento de Estado y por el embajador de EE UU en Perú, Anthony Quainton- indicó a FuJimori que las medidas de reforma constitucionales que éste anunció al país a mediados de abril eran parciales e insuficientes.

Calendario

Fujimori propuso un calendario de un año, en el que, en primer lugar, la decisión de elaborar o no una nueva Constitución sería sometida a plebiscito; luego, la eventual nueva Constitución, realizada por gente designada por el Gobierno, sería aprobada en referéndum; un nuevo Parlamento sería elegido en febrero de 1993, e instalado el 5 de abril de 1993. Al parecer, Fujimori quiere convertir esta fecha, primer aniversario del golpe, en fiesta nacional.La posición del Gobierno norteamericano, que Aronson expresó a Fujimori, fue que el calendario era excesivamente largo; el plebiscito, insatisfactorio, y que una reforma constitucional hecha a la medida de la dictadura carecía de validez.

En una conferencia de prensa, Aronson expuso ayer lo que quizá sea el temor principal de su país y el de varios vecinos de Perú: la consolidación de la dictadura sólo favorece a medio y largo plazo el crecimiento de Sendero Luminoso.

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Expresó también el apoyo de su Gobierno a la misión de la Organización de Estados Americanos (OEA), presidida por el canciller uruguayo Héctor Gross y por el secretario general, Joáo Baena. Esta misión vuelve a Lima esta semana para definir la posibilidad de un plan de retorno a la democracia, que sea aceptable para los actores políticos principales. La oposición constitucional, dirigida por Máximo San Román, nombrado presidente constitucional por el disuelto Parlamento, pide ahora la convocatoria de elecciones para una Asamblea constituyente, previa a unos comicios en los que un nuevo Parlamento y un presidente de la República serían elegidos por el voto popular.

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