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Los sindicatos alemanes amenazan con paralizar la televisión, el tráfico aéreo y transporte de mercancías

La huelga del sector público en Alemania entra hoy en su segunda semana con la amenaza de los sindicatos de paralizar el tráfico aéreo, el transporte de mercancías por ferrocarril e interrumpir las emisiones de televisión. Según Monika WuIf-Mathies, presidenta de la OTV, el mayor sindicato del sector, el endurecimiento de la huelga es la única manera de "obligar a la patronal a razonar". El paro se extenderá hoy a los aeropuertos de Colonia, Düsseldorf, Hannover, Berlín, Múnich y Hamburgo. El de Francfort, el mayor de la Europa continental, les seguirá mañana.Mientras la basura sigue acumulándose en la principales ciudades de Alemania Occidental las cartas y paquetes postales han saturado ya la capacidad de al macenaje de la Bundespost. Tras la pausa del fin de semana, la inexistencia de transporte urbano volverá a colapsar el tráfico de automóviles en el acceso a las grandes urbes.

El atribulado Gobierno del canciller Helmut Kohl sigue sin ceder lo más mínimo a las pretensiones de los huelguistas. Sólo en Frankfurt hay más de 12 millones de cartas sin repartir y en Hamburgo una cantidad similar,

La impecable organización de los sindicatos alemanes -cuya última huelga se produjo en 1974 y duró sólo tres días- les está permitiendo llevar a cabo una huelga con el mínimo de desgaste. Según sus propias declaraciones, la interrupción del tráfico aéreo se producirá con la sola intervención de un puñado de trabajadores, especialmente de los bomberos y servicios de emergencia, lo que impedirá aterrizajes y despegues por no contar con las medidas mínimas de seguridad. Otro tanto sucederá en las dos cadenas de televisión pública, la ARD y la ZDF, donde está previsto que el paro de 40 trabajadores de los principales centros paralice las emisiones.

El coste de la huelga en la economía del país aumentará sin duda hoy si el sindicato de ferrocarriles (GdED) consigue, como pretende, paralizar el tráfico de mercancías. "Interrumpiremos el tráfico de mercancías tan severamente que en pocas horas nada se moverá", dijo ayer Rudi Schaefer, presidente del GdED. Por su parte, el sector del metal también tiene previstos paros intermitentes a lo largo de esta semana.

Los sindicatos piden una subida salarial de un 9,5%, aunque en el último momento de las negociaciones aceptaron lo propuesto por una comisión de arbitraje consistente en un 5,4% más una paga de 500 marcos (32.000 pesetas). La patronal, es decir las administraciones federal, estatal y local, se niega a subir del 4,8%, siguiendo la recomendación del Gobierno de no supear el 5%.

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