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Los árabes intentan impedir las sanciones contra Libia por el 'caso Lockerbie'

Los países árabes se están movilizando para tratar de impedir la adopción por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, la semana próxima, de sanciones contra Libia si el país magrebí no entrega a los dos agentes sospechosos del atentado contra un avión de Panam que, en 1991, se estrelló cuando sobrevolaba la localidad escocesa de Lockerbie. Un total de 271 personas murieron como consecuencia de la acción terrorista. La Liga Árabe tiene previsto reunirse hoy en El Cairo, a petición de Libia, en una sesión extraordinaria, a nivel de ministros de Asuntos Exteriores.Según la emisora magrebí Medi-1, que coincide con fuentes diplomáticas, Muanimar el Gaddafi podría estar dispuesto a entregar a los dos sospechosos al secretario general de la ONU, Butros Gali. Sin embargo, el máximo dirigente libio, en un mensaje dirigido a los jefes de Estado de todo el mundo, prefiere que los agentes sean juzgados por un tribunal libio, y no dice nada de entregarlos. Gaddafi añade en el comunicado que si la ONU vota las sanciones su país abandonará la organización.

'Resurrección' en Rabat

Aparte de la reunión de la Liga Árabe, se especulaba ayer con que la Unión del Magreb Árabe (UMA) -que agrupa a Marruecos, Argelia, Túnez, Mauritania y Libia-, que se encuentra en estado de práctica hibernación desde el pasado mes de septiembre, resucitaría hoy en Rabat para celebrar una reunión urgente y extraordinaria que tendría como único punto del día la cuestión libia.La reunión fue supuestamente solicitada al rey Hassan II, presidente en funciones de la UMA, por un emisario de Gaddafi, el comandante Juidi Lahmidi, que se desplazó el viernes al mediodía a Marruecos para entrevistarse con el monarca.

Libia confía en la influencia y en el papel mediador de Marruecos, el más firme aliado de Estados Unidos en la zona y que a su vez es miembro del Consejo de Seguridad de la ONU, pero sobre todo confía en el compromiso de su soberano, el cual manifestó recientemente a la agencia de noticias Reuter que, llegado el caso, votaría en contra de cualquier resolución de embargo o de castigo contra Trípoli. Con esta declaración de intenciones Hassan II quería sin duda tranquilizar a su nación y hacerla olvidar que en el conflicto del Golfo se alió y comprometió con las fuerzas occidentales.

La gran paradoja de esta reunión cumbre de la UMA es que el coronel libio ha colocado todas sus esperanzas en este organismo tras haber mostrado de forma reiterada su completo desprecio hacia la organización.

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