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Numerosas detenciones en redadas contra el mercado negro en Cuba

El Gobierno cubano, convencido de que, en estos momentos de crisis y desabastecimiento, un ladrón es peor que un terrorista o un opositor, ha lanzado una guerra a muerte contra el mercado negro, con múltiples redadas y detenciones.Aunque en La Habana vieja siempre había existido, desde el derrumbe de la Europa del Este y la crisis de los suministros procedentes de la URSS la bolsa negra se convirtió en un verdadero centro comercial sin vitrinas ni empleados. Allí, rigiéndose por las leyes del capitalismo de mercado, se podía encontrar de todo, y raro era el cubano que no había comprado en más de una ocasión una caja de cigarros, un tubo de desodorante o unos cordones de zapatos.

Antes, sin embargo, la policía no atacaba de frente los centros neurálgicos de esta economía paralela, y, cuando lo hacía, se limitaba a actuar contra los cerebros grises de este incipiente capitalismo. Pero desde hace unos seis meses la cosa cambió.

Ahora, decenas de efectivos de la Policía Nacional Revolucionaria peinan las calles de Jesús María, Colón, Los Sitios, Cayo Hueso y otros populosos barrios de La Habana, en una frenética campaña contra todos aquellos ciudadanos que compran y reciben los productos que salen de este gran almacén sumergido.

De esta forma, en los últimos meses, pero sobre todo en las últimas semanas, decenas de cubanos han sido detenidos y condenados por vender desde cuchillas de afeitar hasta sacos de cemento. En la reciente operación policial Pluma de Oro, 19 personas fueron arrestadas por su participación en el robo y posterior comercialización de 32 toneladas de pollo sustraídas de los almacenes oficiales.

Tribunales de barrio

En el malecón de La Habana, llegaron a instalarse tribunales de barrio, donde varios cubanos fueron condenados a seis meses de cárcel por la venta de cajetillas de cigarros. Los juicios se celebraron inmediatamente después de su detención, y fueron juzgados y sentenciados ejemplarmente por los vecinos.Sobre esta guerra sin cuartel, contra el delito económico, el ministro cubano de Justicia, Carlos Amat, decía en una reciente entrevista con EL PAÍS que "lo que se vende en el mercado negro sale de lo que se sustrae al mercado oficial; por tanto, el día en el que todo lleve su camino normal, la gente también lo tendrá, pero en su libreta de abastecimiento".

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