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Los populares dicen que las divisiones socialistas ocasionan la "parálisis de la Administración"

Las divisiones internas en el PSOE están causando "una grave crisis institucional y una alarmante parálisis en la Administración", según el PP. En respuesta a las críticas lanzadas por los socialistas el lunes, la dirección del PP afirmó ayer: "Lo importante no es ya saber cuándo quiere dimitir Felipe González, sino qué va a aportar a la sociedad española mientras siga de presidente del Gobierno. Creemos que desde hace tiempo aporta poco". Las reticencias entre el PSOE y el Partido Popular se centraron ayer en la elección de magistrados del Tribunal Constitucional.

El PP reaccionó ayer con indig nación ante las acusaciones vertidas la víspera contra él por parte de la Comisión Ejecutiva Fe deral del PSOE. La dirección del partido socialista había afirmado que el Partido Popular "ha rebasado todos los límites de la legitimidad en el ejercicio de la confrontación política en el tema de la corrupción".Ayer, el PP replicó, a través de un comunicado de la dirección del partido, que esta formación política "no es la responsable de la utilización del despacho de un vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, por uno de sus hermanos ni tampoco de los escándalos de Viajes Ceres, Ibercorp, Renfe o la trama conocida como Filesa". "Más que acusaciones al PP", contraatacó este partido, "el PSOE debe buscar en sus filas a los responsables de tanto escándalo. La falta de medidas contra ellos está creando este clima de impunidad frente a la corrupción en el que España parece instalada".Los responsables del- PP expresaron, con ironía, su confianza en que el PSOE y el presidente del Gobierno "se serenen" porque, arguyeron, "con esa actitud agresiva, nerviosa, buscando conspiraciones imaginarias y deseando atajar toda crítica, no se puede gobernar España".Acuerdos de Estado

Indignado con las acusaciones de irresponsabilidad, el Partido Popular recordó que ha sabido llegar a acuerdos cuando han estado en juego problemas de Estado, y en concreto ha apoyado al Gobierno en el pacto autonómico, en la lucha contra terrorismo y durante la guerra en el golfo Pérsico.

[Mientras el Partido Popular realizaba estas críticas, el coordinador de política económica del partido, Luis Gamir, pedía ayer al Gobierno la retirada de los Presupuestos Generales del Estado de 1992 para poder avanzar en la convergencia económica, informa Europa Press].

Los socialistas no tardaron en responder. A última hora de la tarde, el PSOE hacía público un comunicado en el que volvía a la carga con las acusaciones de irresponsabilidad. El Partido Popular, según la nota, ha tratado desde el comienzo de esta legIslatura de desleglúmar las instituciones democráticas, "comenzando por los propios resultados electorales". "Esta estrategia irresponsable", añade, "ha tenido su continuación en la pretensión de generalizar la idea de que la corrupción es algo extendido sin reparar en el serio daño que de este mensaje se deriva".

Los litigios entre las dos fuerzas mayoritarias, que hasta ahora se repartían la designación de los candidatos del Parlamento para magistrados del Tribunal Constitucional, llevan camino de conseguir algo que los propios partidos se habían resistido a realizar por voluntad propia: que la composición de ese tribunal no sea resultado de cupos que se atribuye cada partido. Es decir, que los magistrados gocen de un apoyo más amplio que el de las dos fuerzas mayoritarias.

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El desacuerdo existente motivó ayer un segundo aplazamiento, esta vez sine die, de la elección de cuatro magistrados. Los enfrentamientos muestran asimismo la crispación entre el partido gubernamental y la primera fuerza de la oposición.

Un miembro del Gobierno sintetizó en una frase el pronóstico realista del inmediato futuro de las relaciones entre socialistas y populares: "No será posible pactar nada hasta después de las elecciones catalanas". Un augurio que resultaba incluso optimista desde la perspectiva del Partido Popular, a juzgar por el breve, y a la vez distendido, diálogo entre el portavoz del Partido Popular, Rodrigo Rato, y el presidente del Grupo Socialista, Eduardo Martín Toval, en una conversación informal con algunos periodistas.

"Hay lo que hay"

Al hilo de un comentario con el que quería mostrar que la ruptura entre el PSOE y el Partido Popular no responde a unas malas relaciones personales entre sus respectivos portavoces, Rodrigo Rato le advirtió a Martín Toval: "Lo siento, macho, pero hasta las elecciones [legislativas] hay lo que hay". Cuando ya se alejaba del grupo, Martín Toval retrocedió para ironizar: "Y luego habrá más de lo mismo [en alusión a la mayoría absoluta socialista]".

Tanto Rato como Martín Toval se han visto casi obligados a aceptar la iniciativa del portavoz de Izquierda Unida, Nicolás Sartorius, para intentar hoy por la tarde el inicio de una negociación que permita elegir al Congreso cuatro magistrados del Tribunal Constitucional con el más amplio consenso y sin cuotas partidistas.

La primera consecuencia de la falta de acuerdo entre los grupos parlamentarios es que el pasado día 22 expiró el mandato de un tercio del Tribunal Constitucional sin que el pleno del Congreso haya sido capaz de cumplir las previsiones legislativas para su sustitución.

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