Torrejón perderá en mayo los 20.500 millones que dejan los norteamericanos
Los norteamericanos, que llevan en la base aérea de utilización conjunta de Torrejón casi 40 años, están a punto de abandonarla definitivamente a la suerte y disfrute de los militares españoles. Los cerca de 4.000 soldados de EE UU que estuvieron en este destino durante 1991 se dejaron en Torrejón 20.500 millones de pesetas. Las autoridades españolas todavía no han decidido qué hacer ni en qué aprovechar este pequeño pueblo de servicios que hasta ahora disponía, de casi todo y, aparentemente, bien organizado. Desde una capilla a una lavandería, bolera y cine, y, además, una pista de aterrizaje de 4.000 metros.
Un paseo una mañana normal [ayer] por la base de Torrejón produce una sensación fría, intemporal. La misma que se apreciaría en una base norteamericana en Incirlik (Turquía), en Alemania o, quizá, en su país. Los norteamericanos de Torrejón llevan años marchándose, aunque durante la guerra del Golfo se paralizó, ese proceso.La consulta popular para decidir si España permanecía en la OTAN definió también, entre otras cuestiones, el futuro de esta base. EE UU se ha comprometido a dejar las pistas de Torrejón libres de los 72 aviones de caza más polivalentes que existen: los F-16 Halcón luchador.
Cinco de estos aviones -uno procedente de Alemania- abandonaron ayer la base madrileña hacia su país. Los restantes, entre 11 y 13, se marcharán antes de que termine el mes de marzo. Las demás fuerzas militares norteamericanas quedarán reducidas a 500 hombres a partir de mayo. El año pasado, cuando durante el conflicto de Oriente Próximo pasaron por esta base 85.000 soldados, tenían su destino en Torrejón 4.000 militares norteamericanos, que ahora no llegan a 2.000. Todo este contingente, además de producir molestias en la vecindad por el ruido de los aviones, genera riqueza. A las autoridades de EE UU no se les escapa este dato. Solamente las nóminas superan los 10.500 millones de pesetas anuales.
En vivir, aunque dentro de la. base hay 67 casas y un hotel, también han invertido. El alquiler y mantenimiento de las 858 viviendas arrendadas en la urbanización El Encinar de los Reyes, al norte de la ciudad, supone 900 millones de pesetas al año. Entre éstos y otros conceptos se calcula un impacto económico local en torno a los 20.500 millones de pesetas.
Las instalaciones militares de Torrejón componen un pequeño pueblo de 3. 000 acres (12 kilómetros cuadrados) donde se concentran multitud de servicios: hospital, economato, tiendas, tanatorio, gasolinera, zona de recreo (La Cita), banco, escuelas, floristería...
900 instalaciones
El coronel Francisco Javier Carretero, comandante de la base, reconoció ayer que en un plazo muy breve el Ministerio de Defensa español tendrá que hacerse cargo de unas 200 instalaciones calificadas como críticas, de las 900 que en total utilizan los norteamericanos.
Entre estas dependencias, denominadas idas (instalaciones de apoyo), hay absolutamente de todo: viviendas, pabellones, naves, depósitos de combustible, torretas, campos de deporte...
"No creo que se vendan los terrenos que queden libres, ni se cedan para otros usos que no sean militares", aseguró ayer el coronel Carretero. Tanto él como otras fuentes militares españolas no pudieron confirmar la supuesta intención del Ministerio de Defensa de segregar para otros fines parte del suelo que quedará sin uso". "Sería fragmentar la base", añadió. Tampoco precisaron qué unidades españolas ocuparán el vacío americano. "Se han lanzado tantos rumores..., pero ya no hacemos caso; se ha dicho que podría servir para los aviones de las autoridades, pero esto queda más lejos de Madrid que Barajas", comentó uno de los militares españoles más experimentados de Torrejón.
Tampoco está muy claro adónde irán los F-16 norteamericanos ni sus pilotos. La presencia militar de EE UU en Europa se reduce entre un 25% y un 34%.
El capitán T. K. Moore, de 32 años, regresa a Kansas para intentar instalarse como piloto de instrucción de la Guardia Nacional del Aire. Moore, que lleva en Madrid dos años, se jugó el pellejo en 37 misiones en el Golfo: "Los F-16 son buenos a altitud baja, pero no volaron muy bajo porque el peligro era mayor". Moore niega así, informaciones sobre la escasa operatividad de los F-16 a baja altura.
Emilio Palacios, relaciones públicas de la base, contradice a Moore: "El report [informe] del escuadrón confirma esos datos, pero hay que tener en cuenta que los pilotos se encontraron con una tormenta de arena, a la que no estaban acostumbrados".
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