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Fujimori llega a España con la vista puesta en la firma de un tratado de cooperación

El presidente peruano, Alberto Fujimori, dará durante su visita a Madrid el primer paso para la firma de un tratado de amistad y cooperación con España, similar a los concluidos por el Gobierno español con otros países latinoaméricanos. A pesar del drástico ajuste que padece, la economía de Perú no suscita, sin embargo, la suficiente confianza en los círculos económicos españoles como para poder asegurar el éxito del documento, que será suscrito con tanta más razón ya que el volumen de intercambios comerciales es escasísimo (8.000 millones de pesetas en 1990).

Fujimori iniciará hoy, martes, por la mañana el primer viaje de Estado a España de un presidente de Perú, aunque su predecesor, Alan García, ya efectuó en 1987 una visita de trabajo. Este desplazamiento a Madrid del chinito, como llaman los peruanos a este hijo de emigrantes japoneses, se enmarca en una gira europea que incluye Bruselas, París y Roma. En la delegación oficial que acompaña al presidente peruano figuran sus ministros de Exteriores, Interior e Industria. Prueba de los titubeos que suscita la economía peruana es que, en el momento de cerrar esta edición, la delegación española no se había atrevido aún a incluir en el acta de bases del futuro tratado, que firmarán mañana Fujimori y el presidente del Gobierno, Felipe González, el volumen de inversiones y créditos que España concederá a Perú en el próximo lustro.

Fujimori ha hecho méritos para generar confianza. A principios de agosto de 1990, puso en práctica las medidas de ajuste neoliberales, que tanto criticó durante su campaña electoral, y desde septiembre pasado se ha propuesto aplicar un plan del Fondo Monetario Internacional. Su primer éxito ha consistido en reducir la inflación del 7.500% de hace un año a, previsiblemente, un 150% el año próximo y ahora dedica más de 6.000 millones de pesetas mensuales al pago de la deuda.

Ayuda alimentaria y médica

El precio social del Fujichoque, como se conoce su política económica, ha sido altísimo. El número de peruanos en situación de pobreza ha aumentado en cinco millones, hasta alcanzar los 12 millones sobre una población de 22 millones; sólo el 5% de la población activa goza ahora de un empleo estable y el 20% de los alumnos se ha visto obligado a dejar la escuela para intentar aportar dinero a casa. A corto plazo la principal contribución española para aliviar esta situación consistirá en conceder, con motivo de la visita, 1.400 millones de pesetas de ayuda alimentarla y médica, para luchar contra el cólera, que ha causado ya más de 4.000 muertos.

El Gobierno español promueve además un club de donantes para conceder a Perú un crédito puente de 110.000 millones de pesetas, en el que España participaría con 5.500 millones, la mayor aportación de todos los países en proporción a su riqueza.

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En materia de derechos humanos, el balace de Alberto Fujimori no es muy alentador. En su lucha contra las guerrillas de Sendero Luminoso (maoista) y del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (guevarista) el Ejército no duda en recurrir sistemáticamente a la tortura y a las ejecuciones sumarias, según han denunciado las organizaciones de derechos humanos Amnistía Internacional y Americas Watch.

Fujimori ha mostrado recientemente en una entrevista con este periódico su oposición a cualquier diálogo con Sender Luminoso (ver EL PAÍS de ayer, lunes).

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