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Nikolaenko asegura que pronto comenzará a discutirse la retirada soviética de Cuba

ENVIADO ESPECIALEl viceministro de Asuntos Exteriores soviético, Valeri Nikolaenko, ha asegurado en La Habana que entre Cuba y su país se iniciará a partir de ahora una nueva etapa de relaciones establecida sobre los intereses nacionales de ambos Estados y en la que no existirá ningún tipo de carga ideológica. Nikolaenko añadió que la retirada de las tropas soviéticas de Cuba -cuyos aspectos prácticos se discutirán "pronto"- "no está ligada" a las pretensiones de La Habana de que también EE UU evacue Guantánamo, y dijo que se mantendrán las relaciones militares entre ambos países.

Nikolaenko abandonó ayer La Habana en dirección a Washington, vía México, después de tres días en Cuba de contactos diplomáticos en los que ha mantenido sesiones de trabajo con el viceministro Alcibiades Hidalgo y con el secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y uno de los hombres fuertes del régimen, Carlos Aldana. Ni la prensa oficial ni la televisión del régimen informaron al país de la presencia de NikoIaenko en Cuba, lo que demuestra la frialdad a la que han llegado las relaciones soviético -cubanas después de que Mijaíl Gorbachov anunciara recientemente en Moscú la retirada de todos sus efectivos militares en Cuba, y especialmente una apreciada brigada de instrucción destacada en la isla.

Sólo la cortesía del soviético, acosado por los corresponsales extranjeros estos días, hizo que sus palabras en el aeropuerto arrojaran algo de luz sobre su presencia en la isla. Medios diplomáticos occidentales destacados en La Habana interpretaron la visita, a tenor de las declaraciones de Nikolaenko, como la firma del certificado de defunción de un tipo de relaciones entre dos países imposibles ya de mantener por la parte soviética.

Nikolaenko dijo que el resultado de sus entrevistas en La Habana había sido positivo, reveló que había encontrado comprensión en la parte cubana y señaló que "pronto discutiremos los aspectos prácticos de la retirada de la brigada de instrucción soviética", que situó en 2.800 hombres, que arrastran consigo a otras 1.000 personas en calidad de familiares. Estos efectivos, elevados por Gorbachov a 11.000, serán evacuados en diferentes fases, según comentó el soviético.

Para el emisario de Moscú, la reivindicación cubana acerca de que Estados Unidos desaloje la, base de Guantánamo, ocupada poco después de la independencia de este país, "es justa, pero no está ligada a esta iniciativa". En este sentido, aseguró que la Unión Soviética persigue "un relajamiento de tensiones" y "eliminar asperezas", por lo que "podernos contribuir al mejoramiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos". Según Nikolaenko, "cualquier paso hacia la reducción de nuestra presencia en Cuba no va a ser utilizado en detrimento de la seguridad de este país". Al respecto, subrayó que la Unión Soviética estaba en contra de enviar equipos militares a zonas conflictivas donde se pueden crear inestabilidades.

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Modernizar la cooperación

La evacuación de las tropas, en ,opinión del emisario soviético, no implica el fin de la cooperación entre la URSS y Cuba, "que intentaremos mantener desde la comprensión y a la que no podemos dar el sentido de antes". Dijo que se mantendría de momento la operación triangular con Venezuela y Holanda para suministrar el petróleo soviético a la isla (11 millones de toneladas anuales), y precisó que esta cooperación tendrá que situarse en el nivel más mutuamente ventajoso: "Tenemos que modernizarla bajando el contenido ideológico y subiendo el del mayor interés para las partes".

Las palabras de Nikolaenko, quien anunció que se entrevistará en las próximas horas en Washington con el subsecretario de Estado para América Latina, Bernard Aronson, para intercambiar opiniones sobre su visita a La Habana, parece que no han gustado mucho entre los dirigentes cubanos. Terminada su intervención ante una decena de periodistas en el aeropuerto, el viceministro de Relaciones Exteriores cubano, Alcibiades Hidalgo, tomó la palabra y, en flagrante contradicción, calificó los contactos de Nikolaenko aquí como "preliminares"; dijo que las negociaciones sobre la evacuación de tropas no habían comenzado aún y advirtió que "la única forma de que la medida no afecte a la seguridad nacional cubana es que vaya acompañada de la retirada de los "efectivos militares estadounidenses en Guantánamo".

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