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GOLPE DE ESTADO EN LA U.R.S.S.

China considera "un asunto interno" los cambios en la URSS

El Gobierno chino sigue atentamente los acontecimientos que se suceden en la Unión Soviética desde que el lunes se conociese la destitución de Mijaíl Gorbachov al frente del Estado, y el único comentario oficial señala que "los cambios" que se han producido en ese país son "un asunto interno" soviético. Al contrario que en otras ocasiones, los medios de comunicación, todos controlados por los aparatos del Estado o del Partido Comunista Chino (PCCh), reaccionaron con sorprendente velocidad y mantienen informada a la población desde el primer momento, en particular de los comunicados oficiales del Comité Estatal de Emergencia. Aunque oficialmente nada ha trascendido de lo que en realidad opina el liderazgo chino sobre el golpe de Estado a Gorbachov, salvo el breve comunicado del Ministerio de Exteriores, nadie duda en Pekín del extraordinario interés que suscita en la cúpula de poder y el "deseo no manifestado de que en la Unión Soviética tomenel poder los ultraconservadores para que devuelvan al país a la senda de la ortodoxia comunista", según expuso un diplomático occidental.Esta impresión, ampliamente compartida, se basa en circulares internas del Partido Comunista Chino, a las que algunos medios han tenido acceso, en las que se culpa a la política de Gorbachov del desplome de los regímenes comunistas en el mundo, además de que una vuelta a la ortodoxia en Moscú significaría, por un lado, un freno a lo que China considera excesivo poder de Estados Unidos o la tentación de hegemonismo, y por otro aliviaría el aislamiento en que se ven ahora los pocos países comunistas que aún quedan.

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El comentario difundido ayer martes por el Ministerio chino de Asuntos Exteriores asegura que la política del Gobierno chino es la de "rechazar la interferencia en los asuntos intemos de otros países", en este caso la URSS, y expresa la conrianza de que el pueblo soviético "resolverá sus problemas por sí mismo".

La breve declaración termina con la seguridad de que las relaciones chino-soviéticas, se normalizaron en 1989 con la visita de Gorbachov a Pekín, continuarán creciendo sin obstáculos en base a los principios de la coexistencia pacífica y buena vecindad.

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