Una bomba mata a 4 personas y hiere a otras 30 en la cárcel de Sevilla

Un paquete bomba, presumiblemente enviado por ETA, causó ayer la muerte en la cárcel de Sevilla a un funcionario de prisiones, dos reclusos y un familiar de un interno. La explosión, que destrozó varias salas del centro, hirió también a 30 personas, cuatro de las cuales estaban hospitalizadas anoche en estado grave.El artefacto estalló a las 11.20, cuando era examinado por el funcionario fallecido y en el momento en que unos 50 familiares, en su mayoría mujeres y niños, esperaban en una zona contigua para visitar a los reclusos.

Los fallecidos son Manuel Pérez Ortega, de 39 años y natural de Olivares (Sevilla), soltero, funcionario de prisiones; Donato Calzado García, de 27 años y natural de Gilena (Sevilla), recluso que cumplía condena de dos años por un delito de lesiones y que ayudaba en la sección de paquetería junto al otro recluso fallecido, Jesús Sánchez Lozano, de 36 años. La cuarta víctima mortal es Edmundo Pérez Crespo, de 27 años y natural de Santander, quien esperaba para ver a su hermano.

La potente explosión originó la inmediata alarma entre los presos. Un grupo de ellos se subió al tejado de la cárcel exigiendo información sobre sus familiares. Pero el deseo unánime era el de la venganza. "Dejadlos salir al patio, que ya se encargarán de ellos los nuestros", reclamaban a gritos los familiares de los reclusos. Los presos sólo querían verse, cara a cara, con los seis etarras de la prisión sevillana, que fueron aislados con rapidez para evitar agresiones y finalmente trasladados, junto con dos miembros de los GRAPO, al centro penitenciario Sevilla-2.

El jefe del Gobierno, Felipe González, expresó ayer en Luxemburgo "la decidida voluntad" del Ejecutivo de acabar con el terrorismo "con todos los medios" a su alcance.

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