El viejo Bloomsbury
Los economistas británicos -entre ellos Alan Walters, ex asesor de Margaret Thatcher- exigen por carta en el Times una rápida reducción de los tipos de interés. El pensamiento económico en Gran Bretaña ha tenido secularmente un peso específico en la vida institucional, aunque en esta ocasión las demandas de los keynesianos recorren Europa sin pasar por Downing Street. Respecto de los tipos de interés, el hecho de que España haya entrado en una clara fase de relajamiento, con una primera caída del interbancario ayer, hizo que las bolsas reflejaran el efecto positivo, con un fuerte tirón de la demanda. De repente, todos se habían olvidado del terror estadístico que 24 horas antes produjo la última tasa de inflación, y apareció el dinero acompasado por el caudal de euforia inversora que iba llegando de las plazas internacionales.Se acerca el fin del endurecimiento monetario y, por una vez en este punto concreto, razón y práctica se dan la mano. Los keynesianos renacen, albaceas de un modelo que lentamente vuelve a base de exhumar sus esencias fundamentales; y el maestro John Maynard sonríe complacido desde el 46 de Gordon Square, donde vivió las horas felices del viejo Bloomsbury.