Euskadiko Ezkerra elige como secretario general a Jon Larrinaga con más votos en blanco que a favor
El IV Congreso de Euskadiko Ezkerra (EE) terminó ayer con una victoria ajustada y casi pírrica de la corriente Renovación Democrática, al conseguir la elección de Jon Larrinaga como secretario general y de Juan María Bandrés como presidente. Larrinaga obtuvo más votos en blanco que a su favor. El congreso, celebrado en Leioa (Vizcaya), acordó, con sólo 11 votos de diferencia, solicitar el ingreso en la Internacional Socialista.
El congreso quedó clausurado a las 23:00, ocho horas más tarde de lo previsto. La tensión y la dureza de los enfrentamientos durante los tres días de debates estuvo a punto de desembocar en una situación caótica con la elección de los dos principales cargos del partido. Juan María Bandrés, presidente saliente, obtuvo para la reelección 339 votos, 298 en blanco y 2 nulos. Jon Larrinaga, hasta hace pocos días diputado en el Congreso por Vizcaya, obtuvo 313 votos favorables, mientras 324 delegados entregaban la papeleta en blanco.El derribo político del hasta ahora secretario general, Kepa Aulestia, continuará con su destitución como portavoz en el Parlamento vasco, según decidió el sábado de madrugada la corriente ganadora, aunque Renovación Democrática evitó suscitar la cuestión en el congreso para atraer el máximo posible de votos. El sucesor de Aulestia contestó ayer con un enigmático "tenernos que hablar de todo" a una pregunta sobre la continuidad de Aulestia al frente del grupo parlamentario.
Auñamendi, la corriente de Aulestia, decidió no presentar candidatos a la presidencia ni a la secretaría general. Esta actitud fue adoptada, según sus portavoces, para guardar coherencia con la ponencia política aprobada y el rechazo sistemático a sus enmiendas.
Previamente, había descartado una propuesta de lista común, con uno de sus hombres fuertes, Martín Auzmendí, como presidente y Larrinaga como secretario.
La corriente perdedora calificó de "impresentable" la oferta arguyendo que los dos principales cargos no podían quedar en manos de los dos consejeros del partido en el Gobierno vasco y que sería muy difícil compatibilizar las carteras con las funciones internas. Auzmendi es titular de Trabajo y el nuevo secretario general, de Urbanismo y Vivienda.
Refundación
En el campo ideológico, el debate ha girado en torno a la propuesta de Aulestia de abrir un proceso de refundación y ensanchamiento del partido para desembocar en una gran fuerza reformadora y progresista. El objetivo sería ofrecer desde el nacionalismo una alternativa al centro derecha. Esta idea ha sido rechazada en beneficio del mantenimiento de las señas de identidad tradicionales de EE, defendidas por Renovación Democrática y gran parte de la vieja guardia.
Otro punto de confrontación directa fue la propuesta de Renovación Democrática de solicitar el ingreso en la Internacional Socialista. Aulestia señaló que está condenada al fracaso y al ridículo, por el veto del PSOE, y la calificó de "nuevo bandazo".
Roberto Lertxundi, al defender la iniciativa, suscitó silbidos, abucheos y gritos de "mentiroso" al insinuar que los bandazos los ha dado Aulestia cambiando la política de EE "en ruedas de prensa". La solicitud de ingreso fue aprobada por 319 votos, 308 en contra y 20 abstenciones.
La presentación de, la candidatura de Bandrés provocó reacciones de indiginación y malestar. Los críticos al presidente consideran que ha roto el principio de corresponsabilidad en la dirección al volear toda la carga del fracaso electoral, desde la noche del 28 de octubre, sobre Aulestia, mientras él se preparaba para continuar en el cargo. Tras ser elegido Bandrés prometió desde la tribuna dejar el cargo el 10 de febrero de 1993, dentro de un año justo.
Grupo parlamentario
El sector ganador estudió el sábado de madrugada, en una reunión cerrada a la prensa, la destitución del hasta ahora secretario general como portavoz en el Parlamento vasco y su sustitución por Xabier Markiegi, uno de los animadores de Renovación Democrática.
El grupo parlamentario cuenta con seis diputados, de los que cuatro se han alineado durante el congreso con la tendencia perdedora y dos con Renovación Democrática. Dirigentes de la corriente ganadora insistieron en la necesidad de ocultar al congreso la decisión para evitar la reacción contraria de los indecisos, cuyo voto resultaba precioso por la escasa distancia entre los dos bloques.
La existencia de dos sectores enfrentados y de peso similar entre las bases, uno de sensibilidad más abierta hacia el Partido Socialista de Euskadi (PSE-PSOE) y otro más marcadamente nacionalista, es una situación nueva para EE. Como han admitido algunos delegados durante el congreso, representa un fracaso en un partido caracterizado por la vocación de síntesis y de superación del enfrentamiento entre nacionalistas y no nacionalistas en Euskadi.
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