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Ventaja del sector de Bandrés en el congreco de Euskadiko Ezkerra

El sector de Juan María Bandrés, Renovación Democrática, consiguió ayer imponerse en la elección de la ponencia base del debate en el IV congreso de Euskadiko Ezkerra (EE), que se celebra en Leioa (Vizcaya). La victoria fue mucho más ajultada de lo que esperaban los promotores del texto. La dureza en el tono y la confrontación presíden el desarrollo del congreso de un partido que es el eje del consenso político en Euskadi, pero que no lo ha logrado en sus propias filas.El resultado de la votación, celebrada anoche, hace previsible hoy la elección para la secretaría general de Jon Larrinaga frente a Xabier Gurrutxaga, pero deja abierto un margen a los movimientos de última hora. La corriente de Bandrés ganó por 338 votos frente a 304 de Auñamendi. Un texto de Javier Olaberri, concejal de San Sebastián, obtuvo 24 votos y hubo tres en blanco. Renovación Democrática obtuvo el 50.5% de los votos emitidos.

Aulestia se despidió de la secretaría general con una intervención fuertemente autocrítica y recibió al finalizar una cerrada ovación de la práctica totalidad de los delegados puestos en pie En su discurso, reconoció la desmovilización de parte del electorado del partido en las autonómicas del pasado octubre. "La imagen de querer gobernar a cualquier precio la hemos pagado", dijo, "con un alto precio, en forma de votos".

Admitió que se ha producido un desdibujamiento de la personalidad de EE por errores propios, por ejemplo "seguir predícando el consenso cuando ya se estaba realizando y la tarea del partido era hacer la izquierda". El secretario general saliente llamó la atención de los militantes, pese a todo, para que eviten un balance catastrofista de esta etapa y no olviden el papel central jugado por EE en la política vasca. El debate anterior sobre el informe de gestión hizo salir a la luz el malestar de una parte de las bases por algunos aspectosdel funcionamiento del partido y del planteamiento de este congreso. Pese a estar pactado entre los dos sectores, antes de resultar aprobado por abrumadora mayoría, 56 delegados (más del 10% de los presentes) apoyaron las enmiendas mucho más críticas de Olaberri.

Olaberri interpretó las diferencias en el partido como una lucha de clanes por el control de la organización, en la que la ideología ha jugado sólo el papel de pretexto. En una intervención que provocó reacciones molestas de uno y otro sector, llegó a describir el enfrentamiento de las dos corrientes como una militarización de EE en bloques antagónícos.

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