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Fidel Castro almorzó con los vecinos del barrio madrileño de Cerro Belmonte

Juan Jesús Aznárez

Fidel Castro despidió ayer con un almuerzo a los 24 vecinos del barrio madrileño de Cerro Belmonte amenazados con una expropiación, y el viernes les hizo llegar al hotel una última remesa de regalos con su tarjeta personal. Durante el encuentro, Castro no hizo ninguna referencia a las relaciones entre los dos países, especialmente tensas tras la crisis de los refugiados cubanos en la embajada de España.El grupo español tenía previsto partir anoche de Cuba, abrumado por las atenciones recibidas. "Yo nunca he estado en una cosa de estas, pero parece que nos han tratado como a jefes de Estado", comentaba uno de los vecinos.

Un intenso recorrido por centros infantiles, culturales, hospitales, cooperativas agrícolas, ocupó el tiempo de la delegación española.

La asistencia al cabaré Tropicana y un chapuzón en las playas del Este y del Varadero, principal enclave turístico del país, completaron el itinerario.

Durante el recorrido por una fábrica de tabaco, una torcedora de hojas preguntó: "¿Se queda alguien en Cuba?", recordando la petición de asilo efectuada ante la Embajada cubana en Madrid. Y una de las madrileñas invitadas comentó: "Nos ha gustado mucho lo que hemos visto, y no nos han podido tratar mejor, pero como en casa nada".

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