Cantidad no es calidad

Más de un millón de mujeres españolas se han incorporado desde hace cinco años al mercado laboral, es decir, se cuentan entre la población activa, frente a un escaso medio millón de varones que se incorporó a la búsqueda de trabajo en el mismo periodo. Si en 1984, una de cada cuatro mujeres (27,4%) se contaba en la población activa, cinco años después, es una de cada tres (32,5%). La incorporación al mundo laboral no se corresponde con la ocupación, aunque ésta haya subido: el 45% de las mujeres que quieren trabajar están desempleadas. Esto se agrava entre las más jóvenes (48%).Además, la presencia femenina sólo se ha incrementado en un 1 % en el último lustro (del 15,4% al 16,5%) en las grandes empresas. Una de cada ocho mujeres contratadas lo está a tiempo parcial, mientras que sólo dos de cada 100 varones sufre esta precarización del empleo. Sólo una de cada cuatro mujeres casadas se cuenta entre la población activa, frente a tres de cada cuatro varones que han contraído matrimonio (71,10%).

La presencia femenina en profesiones o ramas de actividad apenas ha variado, según el extenso informe La Mujer en España. Situación social, que será presentado próximamente y que ha elaborado el Instituto de la Mujer (Ministerio de Asuntos Sociales). Tres de cada cuatro mujeres trabaja en servicios (personal, servicios domésticos, sanidad y educación e investigación).

Un estudio similar a éste (1986) sirvió para elaborar el Plan de Igualdad de Oportunidades de las Mujeres, cuya primera etapa concluye este año.

España, donde trabaja una de cada tres mujeres, y Dinamarca donde lo hacen siete de cada diez, se sitúan en ambos extremos de una banda citada ayer por Claude Dumont, directivo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en las jornadas Mujer y condiciones de trabajo, informa Lucía Argos. Hoy tienen empleo el 60% de las norteamericanas y el 50% de las europeas, quienes representan el 38% de la población activa de la CE. El ritmo de incorporación de la mujer al empleo remunerado hace prever que en Estados Unidos hacia el año 2.000 superen a los hombres en la fuerza del trabajo.

Mientras el desempleo en los varones españoles ha disminuído el de las mujeres ha seguido un rumbo diverso: se ha incrementado en un 34,4% (vease cuadro adjunto). Las mujeres con carreras superiores sufren más del doble de la tasa de paro que sus compañeros varones.

Edades medias

El informe llama la atención sobre el grupo de las jóvenes-adultas (25-44 años) en el que se ha duplicado el paro en los últimos cinco años. Son las que más se han subido al carro de la demanda de trabajo, sobre todo las que se encuentran en la primera mitad de la cuarta década de la vida. Es entre los segmentos que abandonaban con anterioridad este mercado donde, precisamente, se está produciendo el incremento más notable de la tasa de actividad, señala el informe.

A las mujeres jóvenes las contratan menos que a los varones y la feminización del desempleo juvenil se ha agudizado en los últimos años: en el último lustro se incrementó un 17% el desempleo de las jóvenes, según destaca el informe. Las chicas que buscan su primer empleo se ha incrementado entre 1984 y 1989 en un 10% de todos los que buscan trabajo.

Enfermeras, maestras, licenciadas en Letras y en Farmacia y graduadas sociales son titulaciones copadas por las mujeres. Sólo uno de cada 10 ingenieros (técnicos o superiores) son mujeres. La ocupación entre las mujeres se ha doblado en relación a la de los hombres. El salario medio entre las mujeres se sitúa entre 18 y 19 puntos menos que el del hombre.

Dumont destacó ayer que las 3/4 partes de las trabajadoras se incorporan al sector servicios y en los "empleos atípicos" en condiciones parciales, estacionales o clandestinas. El acceso a estos puestos, explican, a su juicio, las discriminaciones salariales, más pronunciadas en Japón (50% menos que el salario masculino) y EE UU (30% menos).