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Los países ribereños del mar del Norte logran un acuerdo de limitación de metales pesados

Isabel Ferrer

Los ocho países ribereños del mar del Norte acordaron ayer una reducción del 70% en los vertidos de metales pesados para 1995 y la supresión total de los policiorobifenilos (PCB) que llegan a estas aguas para 1999. Este temprano acuerdo, producido en el primer día de la III Conferencia Internacional del Mar del Norte, causó sorpresa entre los observadores debido a que la reunión se inició con graves críticas a tres países -Reino Unido, Francia y Bélgica- que, según el resto de sus vecinos, vulneran los acuerdos de control de la contaminación.

La conferencia inaugurada ayer en La Haya repartió su primera jornada entre el elogio unánime al movimiento ecologista en su lucha por la preservación de esta zona, muy castigada por los vertidos masivos de residuos químicos y agrícolas, y la crítica contra tres de los ocho países ribereños.El Reino Unido, Francia y Bélgica, además de Dinamarca, Suecia, Noruega, Alemania Occidental y Holanda, lanzan todos los años a ríos como el Rin, Mosa, Escalda y Elba millones de toneladas de metales pesados, pesticidas, fosfatos, nitratos y limos procedentes de la mala depuración de aguas residuales, que ahogan luego una cuenca marina de tan sólo 90 metros de profundidad, renovada por corrientes y mareas sólo cada 18 meses.

Chris Patten, ministro británico del Medio Ambiente, se convirtió ayer en la diana de todas las críticas, y las recibió no sólo verbales, sino también por escrito. Al principio del día fue calificado como "el hombre más sucio de Europa" por su continuo rechazo a adelantar los plazos de control de vertidos peligrosos.

Sólido discurso del Príncipe

Al final del día recibiría una carta firmada por sus tres colegas sueco, noruego y danés, que le pedían su colaboración para combatir el deterioro del mar del Norte. Su discurso, contestado por todos los presentes, llegaría después del leído por el príncipe Claus de Holanda, responsable de un texto sólido y muy bien acogido en La Haya.

"Acabo de leer una expresión, nueva para mí, dedicada a la contaminación de los mares. Dice más o menos que se están desertificando, y semejante metáfora no parece que pueda fallar en un momento en el que extensas áreas del lecho marino de mares como el Báltico parecen estar cercanas a su muerte biológica", dijo el príncipe Claus.

El representante de la corona holandesa añadiría luego: "Agua limpia", señalando su vaso, antes de coronar su discurso con el deseo de que los ocho Gobiernos europeos causantes de la contaminación incluyan en sus políticas los planes elaborados por las organizaciones ecologistas.

La propuesta fue recogida por Carlo Ripa di Meana, comisario europeo del Medio Ambiente desde 1985. Éste señaló también la imposibilidad de convertir a la CE en una instancia generadora de continuas leyes vinculantes con las que penalizar a los países que incumplan acuerdos políticos de defensa de su ecosistema, como el que vertebrará hoy la declaración de La Haya, con el que debe terminar hoy la conferencia.

La advertencia del comisario actué, como respuesta a las peticiones de Suecia, Noruega, Dinamarca y Bélgica, partidarias de dotar de valor legal pactos que, según sus ministros de Medio Ambiente, suelen ser ignorados e, retrasados al máximo por los mayores contaminantes. En concreto se referían al firmado en Londres en 1987 por los mismos países ribereños del mar del Norte.

El texto prevé una reducción del 50% . de los vertidos químicos y de nutrientes a los ríos hasta 1995 y la paralización de los lanzados directamente al mar a partir del 1 de enero de 1989.

Reproches al Reino Unido

En este contexto, la postura del Reino Unido, que anunció ayer en La Haya que la prohibición del vertido de basuras industriales no tendrá lugar antes de 1993, y el control total de las mismas, en 1998, produjo enorme irritación entre sus vecinos.

Dicha medida no incluye además a ICI y Sterling Organics, dos empresas que, según Greenpeace, lanzan al mar, respectivamente, 165.000 y 42.000 toneladas anuales de residuos químicos.

Lone Dybkjaer, ministra danesa del Medio Ambiente, le recordó a su colega británico que no podía hablar de cooperación mientras no adaptara el ritmo de recuperación de sus propias basuras a los plazos acordados por los demás países.

Irlanda, por su parte, también le pidió a sus "vecinos isleños" el cese de las actividades del reactor nuclear de Sellafield, que con sus vertidos ha transformado su mar en el más radiactivo del mundo.

Francia tampoco presentó un plan de acción firme, limitándose a recordar que el mar del Norte no puede absorber todo el presupuesto destinado a limpiar otras aguas también muy contaminadas, como las del Mediterráneo o el Báltico. El ministro del ramo galo, Brice Lalonde, calificó, eso sí, la conferencia como el encuentro de la madurez.

En cuanto a la República Democrática Alemana y Checoslovaquia, presentes por vez primera como observadoras en una conferencia del mar del Norte, pidieron ayuda económica para limpiar el río Elba y renovar su obsoleta industria, toda muy contaminante.

A la vista de la falta de cumplimiento armónico de los acuerdos de Londres, el representante de la Unión de Industrias de la Comunidad Europea cerró su discurso diciendo que éstas forman parte de la sociedad, "y no pueden ser aisladas como los principales agentes contaminadores mientras los políticos no alcancen acuerdos firmes de control de la polución".

Hoy, los ministros de los ocho países ribereños del Mar del Norte deben intentar ampliar el acuerdo alcanzado hoy de reducción real de los vertidos contaminantes, que será revisado en el próximo encuentro de Copenhague, previsto para 1995.

El mar más surcado del mundo

Contemplado desde una playa holandesa, británica o escandinava, el Mar del Norte parece un lugar tranquilo y con buena visibilidad. En realidad, es el mar más surcado del mundo y suma unas 420.000 operaciones anuales de transporte, carga y descarga, además de las originadas por los buques pesqueros.Su superficie cubre un área de 570.000 kilómetros cuadrados, que es 14 veces superior a la de Holanda. Es un mar muy fértil, con enormes cantidades de plancton formado gracias a los nutrientes depositados en su lecho por 11 grandes ríos europeos.

De él se extrae arena para elevar el nivel de los Países Bajos y mejorar algunas playas. Las maniobras militares, la investigación los deportes y, sobre todo la descarga, vertido e incineración de vertidos y basuras acaparan ahora buena parte de sus actividades.

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