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El Grupo de los Siete no logra frenar la caída del yen frente al dólar tras su reunión de ayer en Japón

La reunión celebrada ayer a puerta cerrada en Japón por representantes del llamado Grupo de los Siete países más desarrollados del mundo (G-7) no tuvo ningún efecto psicológico para frenar el continuo descenso del yen. Pese al acuerdo del grupo, interesado en mantener el yen por debajo de la "barrera de 150" en su cambio con el dólar, la divisa japonesa registró ayer una nueva caída, inquietante para la estabilidad del mercado financiero internacional. El yen alcanzó ayer el valor más bajo de los últimos nueve meses con respecto al dólar.

Los representantes del G-7 -Estados Unidos, Japón, República Federal de Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y Canadá- han llegado ayer a un principio de acuerdo para mantener al dólar por debajo de la barrera de los 150 yenes y de 1,74 marcos alemanes, según France Presse.La divisa norteamericana, sin embargo, se apreció ayer en el mercado de cambio japonés 1,25 yenes y fijó su cotización en 150,75. La bolsa también registró un mal día, aunque las pérdidas no alcanzaron la magnitud de la última semana de febrero. El índice Nikkei descendió 428,74 yenes. En lo que va de año, el mercado de Tokio -el más importante del mundo- ha caído cerca de un 15%.

El mundo financiero fue ayer un hervidero de especulaciones sobre la fecha en la que el Banco de Japón se decidirá a elevar la tasa oficial de descuento.

Fuentes financieras señalaron anoche que en la reunión del G-7 se reafirmó el compromiso de los siete países más industrializados de continuar con la política de coordinación monetaria para estabilizar los mercados de cambios y se llegó a la conclusión de que el robustecimiento del dólar con respecto a otras monedas, en especial el yen, no es coherente con la situación actual de las economías afectadas. El G-7 advirtió también que el debilitamiento del yen y del marco alemán, divisas de países que arrojan un elevado superávit comercial, no facilitan precisamente el proceso de corrección de los desequilibrios del comercio internacional ni el crecimiento de la economía mundial. Esta tesis fue subrayada también en otra reunión que representantes de 11 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) celebraron el lunes y martes en Japón y coincide con la declaración pública hecha el pasado fin de semana en Palm Springs (California) por el presidente de Estados Unidos, George Bush, y el primer ministro japonés, Toshiki Kaifu, quienes decidieron cooperar para frenar el descenso del yen. El Banco de Japón ha realizado sin demasiado éxito en las últimas semanas operaciones de intervención, vendiendo masivamente dólares en los mercados internacionales, con el respaldo de los bancos rectores de otros países y la Reserva Federal norteamericana, aunque algunos estiman que el apoyo ha sido hasta ahora tímido.

Muchos analistas creyeron el martes que el Banco de Japón anunciaría ayer la subida de la tasa oficial de descuento, sobre todo después de que el yen logró ese día apreciarse ligeramente sobre el dólar y que la bolsa retomó algo el pulso. Sin embargo, los pronósticos no se cumplieron.

La falta de noticias contagió al mercado, que ve ahora que cualquier decisión ha quedado pospuesta hasta que regrese la próxima semana al país el gobernador del Banco de Japón, Yasushi Mieno. Mieno inició esta semana una gira de nueve días, para asistir a una reunión del Banco de Pagos Internacionales en Basilea y reunirse con sus colegas alemán y británico. En Tokio se baraja la posibilidad de que el viaje esconda la convocatoria de una reunión de urgencia de los ministros de Economía y los gobernadores del G7.

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