Cesare Casella

Tras 742 días en manos de su secuestradores calabreses, el joven de 20 años Cesare Casella fue liberado de su pesadilla en la noche del martes por sus mismos carceleros, que le dejaron abandonado al lado de un torrente tras haberle atado con una cadena al cuello.El caso del joven estudiante, hijo de Ángela y Luigi (representante este último de la casa Citroën en Italia), que había sido secuestrado el 18 de enero de 1988 en la puerta de su residencia de Pavía, había conmovido al país porque su madre, tras un año de prisión de su hijo y tras haber pagado en vano la familia 100 millones de pesetas, tomó la decisión de desafiar personalmente a los secuestradores mafiosos y al mismo Estado trasladándose a Locri, corazón de Calabria, considerada la capital de los secuestradores para pedir la solidaridad de las madres de aquel lugar.

Desde allí, desafiando a todos, Madre Coraje, como fue conocida Ángela por la opinión. pública, lanzó acusaciones graves contra un Estado que dejaba, dijo, a sus ciudadanos indefensos en manos de unos asesinos. Su gesto conmovió al país. Llegó incluso hasta la presidencia de la República, que envió a mas de 1.000 carabineros y policías a buscar a Cesare por los montes del Astromonte, guarida de tantos secuestradores. Pero a pesar de un esfuerzo inaudito todo fue inútil. La madre de Cesare volvió a Calabria en agosto pasado y se puso ella misma a buscar a su hijo arriesgando la vida en aquellas montañas. Pero de nada sirvió, y los secuestradores han dejado a su hijo sólo cuando han querido.

"Me han tratado como a un animal. Siempre encapuchado. Sólo uno de ellos tuvo a veces compasión de mí. Es gente que por dinero vendería hasta a su madre. Con ellos no se puede razonar", ha comentado ayer Cesare con gran coraje, como su madre, a los periodistas, y ha añadido: "En mí encontraron un hueso duro. Yo tenía un tigre en el motor. Les hice sudar tinta. No me doblegué nunca a ellos ni a las barbaridades que me hacían y me decían".

En los 742 días de prisión, el joven estudiante de Pavía, según ha confirmado él mismo, tuvo miedo sólo en el momento en que le abandonaron. "Me pidieron que me desnudara. Estaba seguro de que me iban a matar. Pero aun en aquel momento me quedaron fuerzas para desafiarles diciéndoles: "Aunque nunca me lo confesaréis, os sentís acosados, no os queda más remedio que liberarme, habéis perdido la batalla".

Toda Italia celebró ayer con gran alegría la liberación del joven Cesare, mientras otra nube negra se ha cernido sobre este país ante la noticia de que la niña Patrizia Tacchella, de ocho años, hija del llamado rey de los vaqueros, un famoso y riquísimo industrial textil que vive en un pueblecito de Verona, ha caído con toda seguridad en manos de otra banda de secuestradores. Desde el lunes por la tarde, cuando salió a una tienda a comprar chocolatinas, Patrizia no ha vuelto aún a casa. El secuestro de la pequeña Patrizia ha hecho explotar de rabia a todo el país frente a quienes no tienen ya respeto ni de la misma inocencia infantil.