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El ojo para escribir del danés Markussen

53 jóvenes, entre ellos seis españoles, compiten por los primeros premios científicos de la CE

Se puede escribir con el ojo, como ha demostrado el joven danés de 20 años Mogens Rich Markussen. Él fue la estrella del I Concurso de la Comunidad Europea para Jóvenes Científicos, que se falló el pasado día 19 de octubre en Bruselas. Cincuenta y tres jóvenes, entre ellos seis españoles, compitieron con 30 inventos y el miniordenador como recurso más socorrido para intentar soluciones imaginativas y baratas para la industria.

Markussen ha trabajado en su proyecto año y medio en los ratos libres que le dejan sus estudios en una escuela técnica de Copenhague. Ha descubierto que una célula de luz puede seleccionar letras en un ordenador y realizar una laboriosa escritura, simplemente dirigida con los guiños del ojo. Una solución creativa para impedidos. Este joven danés, que el pasado miércoles recibió uno de los seis primeros premios dotados con 5.000 ECU (650.000 pesetas) concedidos por la CE, no tiene ni idea de cuánto puede valer su invento, pero no le importaría nada venderlo.Los otros cinco máximos galardones se repartieron entre proyectos de jóvenes de la República Federal de Alemania (conducción de polímeros en baterías); Reino Unido (un sistema de amplificación de voz para impedidos); Suiza (lector-identificador de escritura manual); Italia (toxicidad de los colorantes usados como trazadores de los conductos de agua), e Irlanda (aparato de movilidad para impedidos). Hubo también seis segundos premios de 450.000 pesetas y accésit para el resto.

En el acto de entrega, el comisario Filippo Maria Pandolfi alentó a estos pioneros de la ciencia que se han lanzado a la aventura de inventar con espíritu práctico. Una muestra es el túnel de viento concebido por tres jóvenes holandeses como una manera simple y superbarata de aprovechar al máximo la energía eólica. Los 30 proyectos presentados a esta final europea habían sido previamente seleccionados por las autoridades académicas de 15 países: los 12 de la CE, más

Austria, Suiza y Noruega. En representación de España acudieron dos equipos. Los navarros Fermín Tabar, Luis Rodríguez y Antonio Sánchez -a caballo entre los 18 y 19 años, a la vez que entre primer y segundo curso de Electrónica- expusieron su interfaz multiuso. Este artilugio, conectado a un simple miniordenador Spectrum, permite gestionar la temperatura, luz y humedad de un invernadero. "O cualquier otra cosa", dice Luis, "porque permite conectar el ordenador con el exterior para que reciba datos y ejecute órdenes".

El físico holandés Hein van der Berg, que trabaja para la Philips, se interesa vivamente en el invento. "La construcción es interesante", opina, "pero hace falta desarrollar mucho más las aplicaciones". Su empresa ha logrado respuestas más avanzadas, pero también mucho más caras y complejas.

Virus científico

Alberto Martínez, un profesor de Biología que tuvieron en COU los tres amigos navarros, les inoculó el virus científico. Ellos ya han realizado "cosas que aún tenemos que estudiar en la universidad". Para Juan Navas, de 21 años y en cuarto de Telecomunicaciones, el gusanillo fue la música. Se asoció con su hermano Pepe y su amigo José Ortega -los tres de Chamberí y ex alumnos del Ramiro de Maeztu- para inventar un sintetizador al revés.

Ellos han creado una onda geométrica y luego obligan al sonido a reproducirla, en lugar de que sea éste el que genere la curva. Es la planificación en ciernes del sonido a partir de diseños previos realizados con ordenador. Pese a no haber triunfado, los seis españoles están satisfechos. No ha habido problemas de inglés o francés para cambiar impresiones con el resto. Y no se desaniman.

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