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México y sus acreedores sientan las bases de un acuerdo sobre la deuda externa

, Ayer se sentaron las bases para que termine con éxito la renegociación de 55.000 millones de deuda exterior mexicana, sobre la que el Gobierno del país aspira a reducir transferencias al exterior. Los bancos comerciales acreedores de México aceptaron, en una reunión mantenida en Madrid, el principio de reducir los pagos mexicanos al exterior desde su actual nivel del 6% del producto interior bruto, (PIB) dijo una fuente de la delegación mexicana presente en Madrid. Queda por definir el nivel de esa reducción, que México aspira que sea hasta el 2%. "Se ha desbloqueado la negociación sobre la deuda exterior mexicana con los bancos comerciales acreedores", añadió.

La fuente indicó que la disminución de las transferencias deberá negociarse específicamente sobre la base de una reducción de deuda, reducción de intereses o aportes de dinero nuevo, o mediante una mezcla de las tres variantes. México y representantes de 15 bancos comerciales acreedores negociaron en Madrid durante más de dos horas, tras una reunión informativa con los organismos multilaterales, bajo una presión política sin precedentes a favor de México en un intento de fijar las bases del acuerdo que podría materializarse en breve.El país latinoamericano y el comité de bancos acreedores emitieron ayer un comunicado en el que señalan la naturaleza cordial de las negociaciones en curso, dicen que el crecimiento económico del país latinoamericano es alentador y que las negociaciones de Madrid serán retomadas el viernes en Nueva York, afirmando expresamente que esperan un pronto acuerdo sobre un paquete de refinanciación de la deuda mexicana que se extienda de 1989 a 1991. La declaración está firmada por José Ángel Gurría, subsecretario de Asuntos Internacionales de la Secretaría de Hacienda de México y por William Rhodes, copresidente del comité de bancos acreedores.

La declaración marcó la conversión de una reunión informativa entre los organismos multilaterales -Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial (BM) y Banco Interamericano de Desarrollo (BID) -en una jornada de negociación entre México y sus acreedores bajo el auspicio de la Reserva Federal de Nueva York, quien invitó a la sesión informativa de Madrid. La sesión informativa fue presidida por Gerald Corrigan presidente de esa institución.

Ayer a las 13.30 los representantes de México, la banca acreedora, el secretario de Hacienda., Pedro Aspe, y José Ángel Gurría, y el presidente del FMI, Michel Camdessus, del BM, William Conable, y del BID, Enrique Iglesias, entraron a negociar en un salón del hotel Palace. Durante la reunión los organismos multilaterales formularon ante la banca y los delegados mexicanos los acuerdos financieros y los diversos mecanismos viables para reducir la deuda e instaron a las partes a un acuerdo.

Programa de ayuda

Carndessus ratificó posteriormente el volumen de recursos disponibles para México en un programa de refinanciación de deuda entre 1989 y 1991, para apoyar un plan de desarrollo mexicano aprobado ya por el FMI que se extiende hasta 1994. Los recursos aportados por el FMI consisten en dos tramos, uno de 3.500 millones de dólares y otro de 560 millones, un 30% de estos recursos pueden destinarse a la reducción de deuda recomprándola a con un descuento.

El FMI firmó además con Japón un acuerdo por el cual la entidad oficial Export-Import Bank aportará 4.500 millones de dólares como nueva financiación para naciones en desarrollo. Un 25%. de estos fondos podrán aplicarse a la reducción de deuda. Japón en principio aceptó afectar estos recursos a México, Costa Rica y Filipinas.

El plan de desarrollo nacional mexicano que obtuvo el visto bueno del FMI, el BM y el BID tiene por objetivo incrementar el PIB del país, previsto en el 1,5%. este año, al 3% en 1990, al 5,5% en 1991 y al 6% en 1992. Se pretende, además, reducir las transferencias netas anuales de México al exterior al 2% del PIB desde el 6% actual. Las necesidades de financiación global de la. economía mexicana que fueron del 13% del PIB en 1988, se reducirán al 7% en 1989, al 5% en 1990 y al 3% en 1991.

El centro de las aspiraciones mexicanas es solucionar 55.000 millones de dólares de deuda vieja, sobre un total de más de 100.000 millones, que según las autoridades del país dificultan el desarrollo de la nación. Sobre esta deuda se esperaba obtener una reducción del 50% en principal e intereses, la obtención de financiación fresca y capitalización de intereses.

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