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Hacienda colaborará con el fiscal antidroga en la investigación de patrimonios

El Ministerio de Hacienda está ¡a punto de iniciar una colaboración regular con el fiscal especial antidroga, según fuentes próximas a la citada fiscalía. Inspectores de dicho Departamento contribirán a potenciar los medios que hasta ahora han sído claramente deficientes, para investigar patrimonios de personas a presuntos grupos organizados sobre los que existan indicios de posibles relaciones con el narcotráfico a gran escala.

La primera cooperación entre Hacienda y la fiscalía especial va a versar sobre las relaciones patrimoniales de la familia del narcotraficante hondureño Juan Ramón Matta Ballesteros, conectada con los hoteleros asturianos Fernández Espina y con el enipresario gallego Jesús Louzao Pardo a través de Briocar, una empresa de compraventa de coches domiciliada en La Coruña.Uno o dos inspectores de Hacienda iniciarán en los próximos días el estudio de la abundante documentación económica reunida por la Brigada Central de Estupefacientes acerca de estas personas, cuyas actividades se extienden, más allá de la compraventa de coches, al sector inmobiliario y al de la hostelería.

Coches e inmobiliarias

Jesús Louzao, un empresario que tenía problemas cuando, en 1983, formalizó su asociación con los Matta y los Espina, ha invertido importantes sumas en la construcción y explotación de aparcamienios municipales en La Caruña, Lago y Pontevedra, como ya informó este diario (ver EL PAÍS de el 29 y 30 de noviembre de 1988). Por lo demás, figura como propietario exclusivo de Automóviles Louzao, concesionana de la marca Mercedes en La Coruña, comparte con los Matta las sociedades Mercosa (concesionaría de Saab y Porsche, además de inmobilianía) y Carmóvil (concesionaria de Toyota), y participa en Briocar (concesionaria de BMW) con los Matta y los Espina.

Junto a estas actividades y a otra empresa de comercio exterior, denominada Coymex, que justifican su residencia en España, la esposa y los hermanos de Juan Ramón Matta Ballesteros han operado en el sector inmobiliario, sobre todo al noroeste de Madrid, y concretamente en la zona de Prado Largo, próxima a El Escoríal. Una de estas operaciones prueba la existencia de una relación entre los Matta y los Fernández Espina que es anterior su asociación en la empresa Briocar.

En 1982, Nancy Marlen Vaz- quez Martínez, la esposa del narcotraficante hoy encarcelado en Estados Unidos, vendió, en efecto, a la empresa Celuisma, propiedad de los Fernández Espina, un chalé construido sobre dos parcelas que suman 4.856 metros cuadrados en la urbanización Las Lomas, situada entre Majadahonda y Boadilla. Ese chalé, utilizado como vivienda por la mujer de Matta durante su estancia en España, fue adquirido por ella en 1979, a un precio es criturado de 20 millones de pese ías. El mismo, precio, 20 millones, consta en la escritura de la venta efectuada tres años mas tarde a la soc¡edad de los Fernández Espina.

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De todos los socios die Briozar, son los hermanos César, Manuel Celestíno y Celso Luis Fernandez Espina los que han desarrollado la red de empresas más compleja- Estos asturianos, hijos de un fogonero de la Fábrica de Mieres, que emigraron a América Latina, iniciaron en 1981, a partir de Medellín (Co-lombia), una importante actividad inversora. Sólo entre 1981 y 1983, compraron en España hoteles por un valor escriturado próximo a los 800 millones de pesetas, que, a precios de mercado de los mismos años, superaban ampliamente los 1.000 millones. La cifra se dobla con creces si se le suma el valor de los hoteles que compraron en América Latina por la misma época. Y se triplica o cuadruplica al añadirle otras inversiones no hoteleras.

Los Fernández Espina son propietarios de siete hoteles, que pronto serán ocho, en España; de tres en Colombia y de uno en Panamá. Son, además, apoderados de una sociedad de cartera domiciliada también en Panamá, que es propietaria de dos empresas de compraventa de coches con sede en Vigo. Asimismo, en Panama mantienen una relación preferencial con el Banco Interoceánico entidad panameña que se nutre básicamente de depósitos procedentes de Colombia, y que ha financiado operaciones de los "Espina en Colombia y en España. En Madrid, tienen también una sociedad inmobiliaria con un capital de 100 millones de pesetas, y otros negocios menores.

Las 10 sociedades que operan con ese patrimonio se fundaron a partir de 1981. Españoles que visitaron a los Espina en Medellín por aquellas fechas recuerdan que vivían en un chalé de El Poblado, el barrio mas caro de la ciudad antioqueña, y que poseían una gran finca de ganado. Posteriormente la vendieron y adquirieron una pequeña finca de recreo en San Jerónimo, cerca de Medellín. Para el año citado, Manuel Celestino, el segundo en edad de los hermanos, ya se había establecido en Gijón, y el mayor, César, se encontraba en Panamá, donde reside ahora.

El 10 de febrero de 1981, los Espina fundan en Gijón la socíedad Celuisma, que gestiona su cadena hotelera española. El 8 de junio del mismo año, se constituye en Medellín la sociedad Asesorías e Inversiones César Fernárdez Espina. Dos días más tarde, el 10 de junio, fundan, igualmente en Medellín, Asesoría e iversiones Manuel Fernández Espina. Estas dos últimas sociedades y una tercera, Casinos y Servicios del Caribe (CASECA), fundada en Medellín en 1982, son propietarias de los hoteles que los Espina tienen en Colombia, y que gestionan a través de otras dos sociedades: la Empresa Hotelera del Caribe y la Sociedad Hotelera Barlovento, constituidas en Cartagena de Indias. En 1982, se hicieron con la sociedad Gran Hotel Soloy, SA, de Panamá, y en 1984 fundaron en Madrid la sociedad inmobiliaria Meca 2, que preside Celso Luis. Esta empresa es propietaria desde 1985 de unas grandes naves situadas en Torrejón.

Los Espina compraron sus hoteles en las siguientes fechas: el 17 de enero de 1981, el hotel Pathos en Gijón; el 16 de octubre de 1981, el hotel Barlovento, en Cartagena de Indias; el 16 de junio de 1981, el hotel Marsol, en Candás (Asturias); el 28 de septiembre de 1981, el Rias Altas, en La Coruña; el 4 de mayo de 1982, el hotel Florida Norte, en Madrid; en octubre de 1981, el hotel Soloy, en Ciudad de Panamá; el 16 de marzo de 1983, el hotel Alisas, en Santander; el 18 de agosto de 1983, el hotel El Caribe, en Cartagena de Indias, el 1 de occubre de 1983, el hotel Los Tilos, en Santiago de Compostela; el 1 de diciembre de 1987, el hotel Bolívar , en Cúcuta (Colombia); y el 11 de diciembre de 1988, el hotel Las Lomas, en Oviedo. La cadena Celuisma inaugurará proximamente un nuevo hotel en Torrelavega.

Todos estos hoteles, que en su mayoría incorporaron importantes reformas, fueron pagados al contado, o al menos con créditos no hipotecarios.

Un pie en Panamá

Además del negocio hotelero, los Espina tuvieron en Colombia varias empresas, al parecer, entre otras, una de importación de maquinaria, una constructora y una financiera basada en Cali, que, con excepción de la última citada, fueron liquidadas en 1984, cuando Celso Luis trasladó su residencia principal a Espada. El 19 de noviembre de ese año, se fundó en Panamá la sociedad de cartera The Rio Seco Bussínes Corporation, una plated company que figura como propiedad de los abogados Mario Fonseca López y Julio César Alvarado. En este tipo de sociedad, muy extendida en los denominados paraísos fiscales, los verdaderos propleta nos tienen plenamente garantizado el anonimato.

Celso Luis Fernández Espina dijo a EL PAÍS que él no es el dueño de Rio Seco. Su hermano César asumió poderes de esta socíedad para apoderar, a su vez, a Nianuel Llaneza Gutiérrez, a fin de que este abriera, en 1985, una sucursal de Rio Seco en España. Manuel Llaneza, un ex teniente coronel de la Guardia Civil, es hoy, con Celso Luis Fernández Espina, apoderado en Espada de Río Seco, que tiene un capital de 135 millones de pesetas. Llaneza fue jefe de seguridad del Ministerío de Interior entre 1975 y 1982, año en que fue contratado por Jesús Louzao Pardo, el socio de los Matta y los Espina en La Coruña, como jefe de seguridad de su concesión de Mercedes.

En 1986, Rio Seco fundó en Vigo la sociedad Alfamotor, concesionaria de Alfa Romeo, y adquirió Automóviles Gran Vía, concesionaria de Mercedes en la misma ciudad. Esta última había sido fundada en 1979 por Louzao y por José Palomo Garcia. Louzao fue hasta 1982 el socio mayoritario de esta empresa que, en el momento de su venta a Rio Seco, era de Palomo.

El balance de Automóviles Gran Vía arrojaba en 1986 unas pérdidas acumuladas de 136 millones de pesetas, y al año siguiente dio beneficios. Una fuente próxima a los Espina informó a este diario que ese resultado era consecuencia de la amortizacíón de las pérdidas con cargo a capital (Rio Seco hizo una ampliación acordeón por 300 millones de pesetas) y del saneamiento de una pésima gestión financiera.

Celso Fernández Espina manifesto a Cambio 16, el pasado mes de agosto: "Me metí ahí por ayudar a un amigo y la empresa me ha salido rana. Tuve que apechugar con las pérdidas".

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