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PRENSA

Denuncias por irregularidades contra la editora de una revista financiada por el Instituto de la Mujer

Ana Alfageme

Tres redactoras de La Mujer Feminista, revista subvencionada íntegramente por el Instituto de la Mujer, consideran responsable al organismo de su despido por la directora y editora Pilar López. Las mujeres no tenían contrato ni estaban aseguradas, pese a las promesas de López en ese sentido. Ella percibe el subsidio de desempleo, no figura como empresaria y ha reconocido que a las redactoras se les retenía el IRPF.

Lola Gallego, Ana Isabel Maestro y Pilar Saiz han presentado una solicitud de conciliación ante el departamento de Mediación, Arbitraje y Conciliación (IMAC) de la Dirección Provincial de Trabajo de Madrid por despido improcedente de la revista La Mujer Feminista dirigida por Pilar López Díez. Las mujeres han denunciado a la Inspección del mismo organismo que, a pesar de realizar funciones de redactoras, no estaban dadas de alta en la Seguridad Social.López recibió en septiembre de 1988, a título individual y tras haber firmado una declaración jurada en la que se consideraba una persona sin ánimo de lucro, una ayuda de ocho millones de pesetas del Instituto de la Mujer para lanzar La Mujer Feminista. El primer numero de esta publicación mensual, la única financiada íntegramente por el organismo en 19881 apareció en el mes de diciembre. Tiene su domicilio en dependencias del instituto, que también corre con los gastos que generan las instalaciones. El organismo dejó de publicar en 1986 la revista mensual Mujeres.

El 23 de enero Lola y Ana Isabel, que figuran en el primer número de la revista como redactoras, y Pilar Saiz, encargada de la publicidad, fueron despedidas "de forma arbitraria y sin previo aviso por la directora", quien alegó 1neficacia y falta de confianza" como motivos de su despido, según han declarado las denunciantes.

"Cuando empezamos, López nos dijo que aún debía asesorarse, pero que se regularía nuestra situación con un contrato. Yo percibía 110.000 pesetas mensuales, con una retención del 10% en concepto de IRPF, y, al igual que mis compañeras, no estaba dada de alta en la Seguridad Social. No se volvió a tocar el tema", cuenta Lola. Ella y sus compañeras denuncian que Pilar López "aparece como empresa de la revista. Más tarde se comprueba que no está dada de alta como tal en la Tesorería Territorial de la Seguridad Social. Pese a no constituirse como empresa, cobra el IVA de las facturas".

"Engañada y estafada"

Pilar López se siente "triste, engañada y estafada". Se considera fundamentalmente una militante feminista y tilda a la publicación, que se autotitula "revista de mujeres para mujeres", de "proyecto no comercial y feminista". La relación con las tres denunciantes "fue un vínculo de amistad para sacar a flote un proyecto de mujeres", insiste. "No hubo relación laboral, ni contrato, ni despido", reitera. Reconoce que cobra, desde noviembre de 1987 el subsidio de paro, "parte del cual lo destiné incluso a comprar sellos para enviar información sobre la revista". "Yo no tengo contrato, ni sueldo, ni quiero ser empresaria de nadie", dice.Las despedidas consideran al Instituto de la Mujer responsable subsidiario: "No debe permitir que haya empleo sumergido cuando se habla de igualdad de oportunidades para la mujer". El organismo ha enviado a Pilar López un requerimiento para que justifique los fondos concedidos, según Carmen Martínez Ten, su directora desde agosto de 1988. López tenía que haber presentado justificaciones antes del 31 de diciembre pasado. "De lo contrario, deberá abonar el importe de la ayuda. Si hay irregularidades, procederemos judicialmente", añadió Martínez Ten, que consideró como regular "la remuneración reglada, según la legislación vigente y con alta en la Seguridad Social, de las personas que trabajan asiduamente en la revista".

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Sobre la firma

Ana Alfageme
Es reportera de El País Semanal. Sus intereses profesionales giran en torno a los derechos sociales, la salud, el feminismo y la cultura. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora jefa de Madrid, Proyectos Especiales y Redes Sociales. Ejerció como médica antes de ingresar en el Máster de Periodismo de la UAM y EL PAÍS.

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