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Castro pidió a Moscú que disparara los misiles en la crisis de 1962

Pilar Bonet

Fidel Castro pidió a la URSS que empleara los misiles nucleares contra EE UU durante la crisis de 1962, pero los cubanos no sabían que las cabezas nucleares no estaban montadas en los cohetes. Estas circunstancias de la situación que puso al mundo al borde de la catástrofe nuclear fueron revelados en una conferencia concluida ayer en Moscú en la que por primera vez participaron cubanos, norteamericanos y soviéticos. Mijail Gorbachov, que pospuso su viaje a Cuba el pasado diciembre debido al terremoto de Armenia, viajará a La Habana a principios de abril, según anunció ayer la agencia soviética Tass.En 1962, Fidel Castro formuló su petición a Nikita Jruschov en un telegrama en el momento álgido de la crisis, y el líder soviético, que prescindiría de los cubanos al plegarse sin consultar al ultimátum de retirada de John Kennedy, rechazó la propuesta, según manifestaron participantes en los debates. Estos se negaron a revelar la fuente de la información, de acuerdo con las reglas fijadas para la discusión a puerta cerrada mantenida en Moscú.

El sábado, el general soviético Dmitri Volkogonov dijo que, las cabezas nucleares estaban en Cuba durante la crisis. Veinte de ellas habían sido entregadas a unidades soviéticas, pero no habían sido conectadas, y 20 más estaban en camino a bordo de un carguero, el Poltava, en el momento de producirse el bloqueo norteamericano.

Detalles desconocidos

El hecho de que las cabezas nucleares no estaban montadas en los cohetes soviéticos fue uno de los "detalles" que el miembro de¡ buró político cubano Jorge Risquet Valdés, miembro del comité central encargado de las relaciones internacionales, dijo haber descubierto en el simposium que reunió en Moscú a algunos de los personajes involucrados en aquellos acontecimientos. "Había 42 cohetes y 42 ojivas. Lo que nosotros no sabíamos era que las ojivas estaban fuera y no dentro de los cohetes, porque eso lo manejaban las fuerzas armadas soviéticas", dijo el funcionario cubano. Risquet Valdés reiteró la insatisfacción cubana por la forma en que Jruschev había actuado sin contar con La Habana.

La "falta de tiempo" ante la creencia en un inminente ataque norteamericano fue el argumento soviético que repitió ayer Anatoli Dobrinin, embajador en Washington en 1962, quien dijo que no trataba de justificar a Jruschov. "Aceptando la hipótesis de la falta de tiempo, Jruschov podría haber incluido a Cuba en las conversaciones con EEUU", dijo Risquet, que criticó los pronunciamientos de Jruschov favorables a una inspección en territorio cubano "sin contar con la voluntad de un país soberano".

Los planes para realizar un ataque aéreo sobre Cuba fueron confirmados ayer por Robert McNamara, secretario de Defensa norteamericano en 1962, según el cuál Washington no había tenido nunca intención de invadir Cuba antes de la crisis de lo misiles.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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