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Jean Plantu

23 dibujos mensuales en la primera página de 'Le Monde'

Desde hace tres años publica prácticamente a diario un dibujo en la primera página de Le Monde. Jean Plantu, de 37 años, parisiense y zurdo, es uno de los caricaturistas políticos más reconocidos de Francia, que ha dejado atrás esa práctica habitual de los dibujantes de ir de puerta en puerta. Acaba de aparecer su libro Ouverture en bemol, que recoge sus últimos trabajos, y en marzo tiene el proyecto de exponer en Bilbao. Pero ha puesto una condición: "Incluir mis dibujos sobre terrorismo, sobre ETA".

A los 20 años presentó sus prirneros dibujos a Le Monde, "el periódico que leía en la facultad", y desde 1985 tiene un contrato que le obliga a publicar 23 dibujos al mes.Para un dibujante político es importante la relación con sus personajes. "El presidente italiano Pertini", asegura, "llamaba al dibujante Foratini cada semana. En Francia es diferente. Me llegan sólo los ecos. Un consejero del Elíseo ha comentado tal cosa, Mitterrand ha dicho tal otra...". Explica la anécdota de que el alcalde de París, Jacques Chirac, le pidió al director del periódico que Plantu no le pintara siempre expulsando saliva por la boca, gesto con el que el dibujante quería expresar el carácter colérico del personaje.

Como ha reconocido también Peridis, a Plantu, que pide unas muestras del dibujante de EL PAÍS, le cuesta encontrar ese rasgo definitorio de los nuevos personajes. "Al primer ministro, Michel Rocard, lo hago mejor que hace seis meses, pero aún me falta tiempo", explica. Ahora lucha con el presidente electo norteamericano, George Bush, al que no había dibujado nunca, y trabaja con vídeos para captar los gestos. Los políticos, "que son muy vanidosos", le piden originales, "pero a la tercera vez les mando reproducciones", dice, divertido.

Trabaja en un periódico que no publica fotos, "de lo que me alegro por los dibujantes", bromea, pero considera que la buena fotografía debe ilustrar las páginas de los diarios. Admirador de Charlie Hebdo y Le Canard Enchaîné, Plantu comenzó prácticamente en Le Monde tras hacer sus primeros pinitos en Pariscope o Bonne Soirée y en revistas estudiantiles. Pero su mayor popularidad le llegó cuando colaboró en el programa de televisión Droit de réponse. "Hasta los redactores del periódico", cuenta, "me comentaban los dibujos de la tele, cuando jamás habían hecho lo mismo con los del diario. Ésa es la fascinación que ejerce la televisión".

Elogia a Quino, el creador de Mafalda, y cita a Siné cuando afirma que "el dibujo no es capaz de matar a nadie". Pero trae problemas. En su caso, los mayores conflictos los ha tenido con los chistes sobre la religión, su tema preferido. "He tenido una educación muy religiosa, y tengo una fijación con eso porque sé muy bien de lo que son capaces", explica.

Su objetivo al dibujar es informar, y si además el lector se ríe, mucho mejor". "A veces", acepta, "se expresa una opinión política", y recuerda que cada año publica una viñeta sobre el informe de Amnistía Internacional. "Con el dibujo", señala Plantu, "se puede explicar todo. A veces me han dicho, a propósito del crash bursátil del año pasado, por ejemplo: 'Qué bien, usted ha comprendido los problemas económicos, y la verdad es que yo no había entendido nada".

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