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Guy Billout

Comprender Sevilla desde los rascacielos de Manhattan

El diseñador francés que ha creado el cartel oficial de la Exposición Universal de Sevilla de 1992, Guy Billout, sintió una "intensa respuesta emocional" cuando presenció su primera corrida de toros, según ha confesado en su propio estudio, situado en un edificio neoyorquino estrangulado por el Soho y la little Italy. Rodeado de libros, y muy lejos de la Giralda, el diseñador explica que "la fiesta no me sirvió para desarrollar la idea de 'tradición y futuro' que pedían los organizadores de la Expo, y por eso me decidí por unas naranjas caídas de un árbol que terminan convirtiéndose en planetas".

Guy Billout ha visitado España en cinco ocasiones. Conoce algo del Norte, Madrid y, de forma especial, Andalucía, donde ha estado en Málaga y en Sevilla, ciudad ésta que considera "muy europea y muy rica".La última ocasión que viajó a esa ciudad fue con un objetivo: conseguir los apuntes necesarios para desarrollar un cartel para la Exposición Universal de Sevilla. Su trabajo, de inspiración futurista, ganó el concurso al ser elegido entre un total de seis obras.

El cartel de Billout representa un naranjo de los Reales Alcázares plantado en la explanada cuadriculada de la torre del Oro. Unas naranjas caídas del árbol se convierten en planetas en rotación y sobre la línea del horizonte, en el centro del cartel, aparece una minúscula carabela.

"Yo confiaba en el proyecto, pero he de reconocer que la forma de llevar a cabo la idea, el método, no acaba de gustarme", declara el diseñador, sin saber dar una razón convincente para explicar su opinión acerca de su propio trabajo.

Este francés, que nació en Decize, en el departamento de Niévre, en 1941, en plena ocupación nazi, cree que España es muy diferente a Francia. "La primera vez que crucé la frontera lo hice por Biarritz, y fue increíble observar cómo en unos pocos metros la vida y las gentes eran totalmente distintas".

Esa búsqueda de sensaciones fue la que le había llevado en 1969 hasta Nueva York cumpliendo el sueño de toda su vida. "Llegué a América en el último viaje del Rafaello, un mercante italiano en el que miles de emigrantes habían cruzado el Atlántico", comenta Billout, quien cree que "fue una suerte llegar a Manhattan al amanecer y despertar con la imagen de la estatua de la Libertad".

En Estados Unidos, Billout, entonces un modesto estudiante de la Escuela de Artes Aplicadas de Beaune, en Burdeos, se abrió paso de inmediato. Su portafolio incluía un comic con la historia de su vida, cuya originalidad, que él atribuye a un amigo, debió impresionar a más de uno, porque desde entonces Billout no ha dejado de trabajar para The New York Magazine, Vogue, The New York Times, Time, Life, Fortune, Playboy y The Atlantic, además de dar clases de ilustración en la School of Visual Arts y en la Parson's School of Design de Nueva York, los dos centros más importantes de diseño de la gran manzana.

Billout reconoce que su trabajo ha estado fuertemente inspirado por los ilustradores y creadores belgas Folon y Hergé, este último el padre de Tintin. Pero su concepción artística no estalló hasta el día que consiguió ver realizado su sueño: "Pasear entre los rascacielos de Nueva York, donde cualquiera puede sentirse inspirado".

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