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Traición, según Pretoria

La conmutación de las penas de muerte contra seis prisioneros negros es un.a noticia extraña proveniente de Suráfrica. Demasiado extraña, porque la señal que con más lFuerza emite Pretoria es la de la represión.Así, un juez de Pretoria ha aceptado el novísimo argumento del Gobierno de que la opinión o las manifestaciones pueden constituir un delito de traición.

Resulta difícil imaginar una doctrina que pueda invitar más a la violencia ole los pobladores surafricanos ole color.

Si la defensa de una causa es un delito punible con la horca, no quedan más caminos abiertos que el de la revolución. El presidente Botha se ha negado repetidamente a cualquier propuesta de conversaciones directas entre su Gobierno y el Congreso Nacional Africano, cuyos líderes se niegan a condenar la resistencia violenta.

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No otra fue la razón de que Nelson Mandela fuera condenado a cadena perpetua en 1964.

Y esto en un momento en que Suráfrica debería poner prisioneros en libertad y entablar conversaciones, en lugar de llenar las cárceles y desdeñar cualquier tipo de diálogo.

Gestos como la conmutación de las penas de muerte dictadas contra seis negros de Sharpeville son mucho más sensatos y prudentes.

Y para el régimen surafricano sería conveniente combinar el pragmatismo de su política exterior con una negociación madura con la mayoría de su población.

25 de noviembre

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