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Fuentes afirma que la venta de empresas públicas en España no responde a una política concreta

Enrique Fuentes Quintana considera que la privatización de la empresa pública en España no responde a ninguna política económica concreta, sino que se ha hecho de manera silenciosa, "como por descuido de la ordenanza". Fuentes Quintana aseguró que la privatización debe efectuarse en un sentido mucho más amplio, que incluye también la desregulación del mercado y el fomento de la prestación de servicios públicos por la iniciativa privada. En su opinión "no se trata solo de vender activos".El catedrátito de Hacienda Pública manifestó sus impresiones en el contexto del curso que sobre la perspectiva de la empresa pública industrial se desarrolla esta semana en la UIMP. Para Fuentes Quintana, la empresa pública atraviesa por un momento crítico, habiéndose convertido "más en un problema que en una solución para la economía occidental'.

La crítica de Fuentes Quintana se estructura en cinco grandes ejes, que parten de la evolución de resultados negativos y termina en una financiación inadecuada, pasando por una crisis de objetivos, crisis de control y falta de criterios en la fijación de precios.

A su juicio, la empresa pública representa actualmente un problema macroeconómico, por cuanto que, según los datos aportados por el conferenciante, las pérdidas agregadas alcanzan un 44% del déficit público: "Sin la mejora del sector empresarial es imposible mejorar el déficit presupuestario", añadió.

Fuentes Quintana insistió en la necesidad de clarificar los objetivos dentro de este segmento de actividad empresarial, diferenciando claramente los que son de carácter comercial y los que responden a componentes sociales o políticos: "La empresa pública está dirigida con objetivos múltiples y, con frecuencia, contradictorios, que son raramente comunicados a sus gerentes. Se puede decir que ha perdido el norte de sus objetivos y amenaza en convertirse en un reino de la arbitrariedad", según manifestó.

Crisis de control

En cuanto a la crisis de control del sector público, Fuentes Quintana señaló que existe una especia de "liturgia" de vigilancia sobre las empresas estatales, que no tiene ningún efecto práctico ni positivo para la recuperación y el saneamiento de la cuenta de resultados. Significó la urgencia de introducir sistemas de gestión propios del sector privado, que garanticen autonomía y aseguren la aplicación de incentivos. Fuentes achacó al "sarampión del partido en el poder" la falta de una remuneración justa para los responsables de la empresa pública, lo que se ha supuesto la "fuga" de los gestores.Entre las múltiples observaciones realizadas al funcionamiento de la empresa pública, el antiguo responsable de la política económica española durante los últimos años de la pasada década destacó la existencia de una política de precios carente de racionalidad. Añadió que los precios que aplica la empresa pública se comercian en mercados imperfectos, controlados por el Estado y que divergen del coste marginal de oportunidad.

Censuró en última instancia la política financiera que siguen las compañías controladas por el Estado en comparación con la empresa privada. Y, como conclusión, solicitó una reforma en profundidad de la empresa pública que parta de un inventario completo del sector, como condición indispensable, para su reordenación posterior.

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