Hussein niega que vaya a volverse atrás en su decisión de cortar lazos con Cisjordania

El rey Hussein de Jordania negó ayer toda posibilidad de vuelta atrás en su decisión de cortar lazos legales y administrativos con Cisjordania. Incluso si la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) fracasara en su cometido de tomar las riendas de ese territorio, ocupado por Israel desde 1967, el monarca hachemí aseguró: "Esa opción, en lo que a mí respecta, no existe". El soberano, que contestaba a preguntas de los periodistas extranjeros destacados en Amman, precisó, no obstante, que Jordania no renuncia a participar en el proceso de paz para Oriente Próximo.

"Respecto a la OLP, fui muy claro en Argel [cumbre árabe del pasado junio]. La OLP es el único representante legítimo del pueblo palestino y como tal deberá participar en una eventual conferencia internacional de paz. Ahora bien, para que pueda alcanzarse una solución global, Jordania debe participar en dicha conferencia", manifestó el monarca jordano.El rey Hussein señaló, en ese sentido, que su país comparte la mayor extensión de frontera con Israel de todo el mundo árabe. La precisión era asimismo una referencia indirecta a la llamada opción jordana, una propuesta para la formación de una delegación conjunta jordano-palestina con vistas a las futuras negociaciones, que había sido aceptada tanto por Estados Unidos como por los sectores más progresistas dentro del país. Dicha opción ha quedado completamente descartada tras la medida adoptada por Jordania hace una semana.

Hussein no admitió, sin embargo, explícitamente que su país renunciara a la soberanía sobre Cisjordania. A las diversas preguntas formuladas en ese sentido, el rey supo responder con la astucia árabe y la caballerosidad inglesa. "¿He dicho yo eso?", interrogó a su vez a los periodistas con una sonrisa maliciosa. Finalmente, logró escabullirse asegurando que "Jordania no tiene la soberanía sobre Cisjordania o los territorios ocupados. Dicha soberanía la tienen los palestinos", concluyó.

Otra cuestión suscitada y que no obtuvo todas las aclaraciones precisas fue la relativa a los pasaportes jordanos que poseen los palestinos y la cuestión de la nacionalidad. El rey aseguró que no va a cerrar los puentes que unen ambas orillas del Jordán, ni tampoco retirar pasaportes; sin embargo, habida cuenta de la ley que rige esta peculiar situación, muchos portadores de pasaportes jordanos no disfrutan de esta nacionalidad, ni de los derechos que ello conlleva, y en el futuro podría negárseles su renovación.

Ésta es ahora una de la principales preocupaciones de los dirigentes palestinos, quienes, según manifestó a EL PAÍS Najib Al Ahmed, director de la oficina del presidente del Comité Ejecutivo de la OLP, aceptan "la dimensión política de la decisión real, pero no la administrativa". Según interpreta Al Ahmed los acuerdos de la cumbre árabe de Rabat (1974), "los derechos civiles de los palestinos deberían mantenerse -me refiero al asunto de los pasaportes y de los salarios- hasta la liberación". Con todo, "lo más peligroso", en opinión de Al Ahmed, "es la división entre palestinos de Cisjordania y palestinos con pasaporte y nacionalidad jordana, a los que Su Majestad se refiere en su discurso como ciudadanos jordanos".

Vestido con un traje azul, color que le favorece, el monarca jordano repitió las explicaciones a su decisión, ya previamente conocidas, y reiteró su apoyo a la causa palestina, en cuyo interés afirmó haber actuado. En este sentido, el monarca se declaró dispuesto a reconocer "sin duda e inmediatamente un Estado palestino independiente", si éste es proclamado por la OLP.

Los responsables de la central palestina, mientras tanto, se muestran cautos y evitan por todos los medios hacer ningún tipo de declaración que pueda molestar al rey jordano. "Estamos en un punto muy delicado a partir del cual pueden continuar las tradicionales buenas relaciones o romperse toda posibilidad de mantenerlas", reconoció un miembro de la Oficina de la OLP en Amman que pidió mantenerse en el anonimato.