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El PROCESO DE CONCENTRACIÓN BANCARIA

Una fusión sin Salomones ni hombres de oro

La integración entre el Banco Español de Crédito y el Banco Central es en buena medida el resultado del proceso de intermediación de un consultor y asesor financiero independiente con aficiones periodísticas, Juan G. de Madariaga, que no ha necesitado para la función la compañía de rimbombantes nombres de investment banks norteamericanos tipo los hermanos Salomon o los hombres de oro de Goldman Sachs.Madariaga, amigo personal de Alfonso Escámez, comenzó a olfatear la operación a finales de febrero pasado. El pasado 19 de febrero fue un día importante. Tras mantener una larga entrevista con el presidente Escámez, Madariaga quedó encargado de trabajar en algo similar como un plan de futuro para la institución de Alcalá, 49.

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Madariaga conocía también a Juan Belloso, el nuevo director del área comercial de Banesto. La clave residía en ligar en un proyecto común las voluntades de ambas cúpulas bancarias mediante la potenciación de los aspectos positivos y complementarios existentes entre ambas: grupo industrial poderoso en ambos, con especial complementariedad en seguros, petróleo y construcción.

"Una fusión de libro"

Fortaleza en la captación de pasivo, culturas gerenciales similares y dos curiosos presidentes: uno de 72 años, conservador, con toda la experiencia bancaria del mundo, y otro de 39, recién llegado al oficio, pero con un lidership más que demostrado. Juan Madariaga pensó que aquella era "una fusión de libro".A primeros de abril ya había un "papel", un documento de trabajo sobre el que ambas partes aportaban sus puntos de vista. El trabajo de convergencia concreto se centra en el sector eléctrico y en el petrolero. La configuración ideológica final del proyecto ofrecía una doble alternativa: integración de ambos bancos en un holding o fusión directa. Se elige la primera.

Un punto clave era lograr el equilibrio, siempre difícil, con el estatus en la futura holding de ambos presidentes.

La operación se ha llevado con gran sigilo. Conde y Belloso, por el Banesto; Escámez por el Central. Y Juan G. de Madariaga, en medio. Juan Abelló ha estado informado puntualmente. La redacción del documento final se debe a Ramiro Nuñez, secretario del consejo de Banesto.

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