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La financiación de los partidos y las campañas en Francia ya es legal

Lluís Bassets

La Asamblea Nacional aprobó en la noche del martes al miércoles dos leyes sobre financiación de los partidos y campañas electorales y sobre el control del patrimonio de los políticos, con los votos en contra de comunistas y socialistas, que calificaron estas normas legales -las primeras que se aprueban en la historia de la V República sobre esta espinosa cuestión- como de "leyes sobre la opacidad y la corrupción de las finanzas políticas".Esta sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional es la última antes de la elección presidencial, que se celebrará los días 24 de abril y 8 de mayo.

El primer ministro, Jacques Chirac, lanzó esta iniciativa, en las últimas semanas del pasado año, para intentar llegar a la campaña electoral con un consenso entre las distintas fuerzas políticas y evitar así la guerra de denuncias sobre escándalos económicos, en los que aparecen constantemente los métodos irregulares de financiación de los partidos y de las campañas electorales.

El objetivo era limitar los gastos electorales, controlar el estado del patrimonio de lo políticos y financiar con dinero público a los partidos.

La discusión en la Asamblea Nacional se inició en enero, después de que Chirac consiguiera reunir, en un gesto también insólito en los anales de la República, a los dirigentes todos los partidos parlamentarios para consensuar las leyes sobre las finanzas políticas.

Las modificaciones introducidas por la derecha, primero en la Asamblea Nacional y luego en el Senado, han llevado a un alejamiento cada vez mayor entre las posiciones inicialmente próximas de la mayoría y de la oposición.

La izquierda se negó a aceptar la desgravación fiscal de las aportaciones económicas a los partidos, combatió la excesiva confidencialidad de las declaraciones del patrimonio de los candidatos y de los cargos electos y exigía que la financiación de los partidos políticos se realizara en función del número de votos obtenidos y no del número de escaños, tal como se ha aprobado finalmente.

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Oposición socialista

La oposición cerrada de los socialistas, tras los ensueños de consenso iniciales, se explica también por la desactivación de dos de los escándalos políticos que más les afectan -los llamados asuntos Nucci y Luchaire-, pero presagia la reaparición de la guerra de escándalos en plena campaña electoral.El debate de ayer terminó con un enfrentamiento en el que el portavoz socialista echó en cara a Chirac que se hubiera gastado ya en su campaña entre 500 y 750 millones de francos (entre 2.000 y 3.000 millones de pesetas), bien lejos del techo de 120 millones de francos fijado para la primera vuelta, y el portavoz de los neogaullistas se interesó por el origen del dinero utilizado para la compra de la soberbia sede que tiene el Partido Socialista en las proximidades de la Asamblea Nacional.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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