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El retorno del islam

Con Jomeini el islamismo es más que nunca una ideología de combate, pero en su contacto con Occidente se ha renovado. El éxito de ventas del libro de Bruno Etienne es revelador. El autor rechaza los términos integrismo y fundamentalismo. El primero por eurocentrismo característico, ya que se inventó a comienzos del siglo XX para calificar a un cierto catolicismo. El segundo porque es sencillamente impropio. Fundamentalismo, en efecto, significa el retorno absoluto a la escritura como único fundamento de toda crítica y representa a todo musulmán que quiere volver al único Corán. Según esto, uno de los raros ejemplos de fundamentalista consecuente es el de Gaddafi. En este sentido los islamistas, término que parece menos inexacto a los ojos del autor, no son ni integristas ni fundamentalistas. Una cosa es segura: frente al fracaso de las patrias, el Islam propone la Umma o comunidad de los creyentes. La atracción de este valor refugio se vuelve irresistible. Cuando a comienzo de los ochenta los poderes se dan cuenta de que tienen ante ellos un verdadero movimiento político que, siguiendo el ejemplo iraní, se ha formado alrededor de un Islam renovado y contestatario, la inquietud se transforma rápidamente en un enloquecimiento represivo. La obra de Etienne da al lector una tipología precisa de todos los movimientos y asociaciones cuya eclosión es una de las características esenciales del Magreb.

14 de noviembre

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