Las bancos centrales niegan un reajuste monetario europeo
Los máximos responsables de los bancos centrales de los países miembros de la Comunidad Europea negaron ayer, a su vuelta de Basilea, un posible reajuste en el seno del Sistema Monetario Europeo (SME) corrio consecuencia de la actual crisis por la que atraviesa el dólar. Jean Godeaux, gobernador del Banco de Bélgica, respondió tajantemente con un no cuando se le hizo esta pregunta.Karl Otto Poehl, del Bundesbank, rehusó hacer cualquier tipo de comentario en este sentido. El banco emisor alemán hizo algo más al anunciar que desde hoy los créditos a la banca privada concedidos por el Bundesban tendrán unos tipos de interes del 3,5% en lugar del vigente hasila ahora que se colocaba en el 3,8%. La reducción de estos intereses será de cuatro semanas pero puede representar una señal inequívoca de que tanto Alemania como Francia siguen colaborando estrechamente para tratar de impedir deslizamientos en el tipo de cambio de sus monedas que pudieran llegar a forzar una nueva cotización. Es una llamada a los movimientos especulativos, que si bien durante los dos últimas semanas se habían mostrado muy activos en contra del franco, pudieran empezar a replegarse ante la actitud decidida de los dos países.
Fuentes del Banco de España, por su parte, señalaron ayer que consideraban practicamente imposible un realineamiento monetario dentro del SME, que acabaría afectando a la peseta en una u otra forma, "porque los problemas actuales no se corresponden con problemas internos de los países comunitarios, sino del dólar". Las autoridades españolas declaran estar tranquilas ante los últimos movimientos monetarios señalando que la baja de tipos de interés y la posición actual de la peseta ha parado la entrada de divisas de semanas anteriores y que "en lo que va de mes no se han producido salidas netas de reservas que, aunque no preocupan en el Banco de España, podrían plantear dudas en otros sectores".
Mantener la baja
El presidente Ronald Reagan tuvo que salir al paso ayer de unas declaraciones realizadas por un portavoz de la Casa Blanca en el sentido de que desde Washington no se vería mal un descenso del tipo de cambio de la divisa norteamericana. El presidente Reagan dijo que "no hacemos nada para hacer bajar al dolar" y que "no deseo una baja suplementaria en relación a su nivel actual". Estas declaraciones provocaron una cierta recuperación del billete verde en Nueva York, aunque se interpreta más como un movimiento reflejo que como algo que pueda tener un fondo mayor. Especialmente porque si bien Reagan afirmó que no deseaba que el dólar bajara más de lo que lo está haciendo., no ofreció ninguna salida para impedir que continúe. Y en la actualidad nadie duda ya que la solución depende, en su mayor parte, de actuaciones positivas de Estados Unidos.Medidas que se piden incluso a través de anuncios pagados en los principales diarios de Estadois Unidos, como la que apareció ayer en el New York Times, en el que 200 ejecutivos de empresas, abogados y antiguos responsables del Gobierno de Estados Unidos apoyaban un plan entre los dos partidos, el demócrata y republicano, de reducción del déficit fiscal con el objetivo de alcanzar un equilibrio en 1992. Los ejecutivos piden también mayor cooperación.
