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"Que vengan los gringos", grita en la calle la burguesía panameña opuesta a Noriega

Antonio Caño

Los participantes en las protestas que mantienen a Panamá en la peor crisis de las dos últimas décadas piden en las calles la intervención de Estados Unidos para poner fin al mandato del jefe de las fuerzas de defensa, general Manuel Antonio Noriega. "Que vengan los gringos de una vez", se oía decir a radicalizados miembros de la burguesía panameña, que durante toda la tarde del viernes tomaron la ciudad y se enfrentaron con la policía. Los sucesos arrojaron un saldo no oficial de alrededor de un centenar de detenidos y casi una veintena de heridos. Pese al grado de violencia que los enfrentamientos alcanzaron en algunos lugares, se desconoce por ahora si se han producido muertos.

Las fuerzas de defensa, dirigidas en la operación del viernes por un oficial de tendencia torrijista, se emplearon a fondo durante varias horas, pero con prudencia y profesionalismo haciendo uso fundamentalmente de gases lacrimógenos y cartuchos de perdigones.En un lujoso barrio de la capital, donde la protesta tardó en contenerse, dos helicópteros arrojaron bombas de humo.

Aunque la Prensa de oposición incluye titulares como Ametrallan al pueblo y los dirigentes opositores hablan de "brutal represión", lo cierto es que los soldados estuvieron bien dirigidos en la línea de evitar muertes.

El principal blanco de los excesos policiales fueron los automóviles, auténticos símbolos de esta peculiar revuelta.

Los militares destrozaron varios coches ocupados por personas que agitaban pañuelos o hacían sonar las bocinas y entraron en algunos edificios de zonas lujosas para romper los cristales de vehículos que portaban pegatinas de la campaña de protesta con eslóganes de "no al comunismo" y fotos del Papa.

Dirigentes detenidos

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Entre lo detenidos y los heridos, todos leves, se encuentran algunos dirigentes políticos aunque los más destacados no pudieron ser vistos en la calle por los periodistas que recorrieron los puntos de concentración.

El empeño de algunos dirigentes de la oposición en informar ayer precipitadamente de "muertos sin confirmar" y describir una situación irreal de dictadura pinochetista en Panamá sólo consigue restar valor a algunas aspiraciones legítimas de la población y a las denuncias creíbles de corrupción entre las autoridades.

Los miembros de la Cruza da Civilista -la coalición de organizaciones profesionales y cívicas que está dirigiendo esta campaña- han convocado nuevas acciones de protesta para los próximos días (ayer siguieron las caceroladas, los bocinazos y las caravanas) y estudian la convocatoria de una huelga general indefinida para la próxima semana.

Esta coalición, con sede en la Cámara de Comercio y dirigida de hecho por los empresarios, actúa convencida de que la caída de Noriega se puede producir de forma inminente.

Se espera, sin embargo, una reacción del general. Fuentes de las fuerzas de defensa han declarado que Noriega está empeñado en que la manifestación en su apoyo que había sido convocada el pasado jueves, y después suspendida por orden del presidente, se realice la próxima semana.

Para ello cuenta claramente con la oposición de la Embajada de Estados Unidos, que, según fuentes de crédito, actuó en días pasados ante el presidente Eric Arturo Delvalle para impedir la manifestación progubernarnental, que se esperaba fuese una gran demostración antinorteamericana.

Malestar entre oficiales

Algunos oficiales de las fuerzas de defensa han dejado ver su malestar por esa suspensión -de la que no se informó previamente al general Noriega- y presionan al general para que pase a la ofensiva y haga valer de forma más decidida su influencia.

Esta opinión es compartida también por la tendencia izquierdista del partido en el Gobierno, el Partido Revolucionario Democrático (PRD), que ha manifestado que está dispuesta a respaldar a Noriega si éste se mantiene en su puesto y hace cara a la protesta con el arma del nacionalismo. Esto obliga a Noriega a una salida que ni quiere ni probablemente está en condiciones de tomar: la de la izquierdización.

El general se ha mantenido hasta ahora en el poder con Gobiernos pronorteamericanos y manteniendo una buena línea de comunicación con Washington. Su desprestigio actual lo convierte en un elemento Incómodo para la Administración norteamericana, pero una torrijización del régimen lo convertiría simplemente en un elemento peligroso.

[El dirigente del Partido Liberal Auténtico Arnulfo Escalona fue retenido ayer en Chitre, a 250 kilómetros de la capital, al acudir en defensa de varias personas detenidas. Escalona quedó retenido por las autoridades militares tras solicitar hábeas corpus para sus representados, informa Efe.]

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