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Argentina despidió a 'Beto' Alonso con el primer partido de homenaje de su historia

En medio de un estadio colmado desde tres horas antes y luego de un partido organizado en su homenaje -hecho inédito para el fútbol argentino- se despidió de la práctica profesional Norberto Beto Alonso, el mayor ídolo en la historia moderna del River, uno de los dos equipos más populares del país.

Cuando el colegiado debía dar por finalizado el tiempo reglamentario del partido que disputaba el River contra una selección de estrellas del fútbol argentino, Beto Alonso tomó el balón con sus manos en mitad del campo, le dio un beso y lo ofreció a los cuatro costados del estadio mientras sus compañeros y amigos le aplaudían. El público, sorprendido por la forma en que se interrumpió el juego, comenzó a corear su nombre cuando Alonso inició una lenta carrera en torno al campo. Para entonces la cara de Alonso, transmitida a todo el país por la televisión, era ya una sola lágrima. La emoción le detuvo a mitad de su camino, volvió sobre sus pasos y se dirigió a la boca del túnel que conduce a los camarines. Desapareció por allí luego de que se fijara en el aire la imagen del número 10 de su casaca blanca cruzada por una banda roja. Era la última vez.El grito de guerra que la hinchada del River sostuvo durante 15 años, desde que Alonso debuté en 1972, le acompañó todavía una hora más. El unánime coro de las 70.000 personas sabía también que no volvería a cantarle el clásico "AlooooonsoAlooo oonso". Las razones futbolísticas son sólo una parte de los motivos que despertaron semejante locura.

Adolescente genial

El frágil y genial adolescente que asomó en la primera división del River a los 18 años a causa de una huelga que cumplían los profesionales de entonces, no se imaginé nunca la pasión que iba a desatar. Por su figura elegante, la técnica mágica de su pierna izquierda, el quiebro de su cintura y los raptos geniales, de los que vale la pena ahora recordar tres: 1) Un gol al Independiente, cuando llegó al encuentro con un balón cruzado y le salía el portero. Ya en carrera decidió dejar pasar el balón para reencontrarse con él detrás del portero y marcar. 2) El remate de una falta común desde la izquierda pero convertida en gol por Alonso con un disparo que describió un semicírculo por fuera de la barrera de defensores rivales. El balón parecía destinado a un lugar alejado de la portería, pero fue doblando en el aire y entró por el ángulo. Y 3) Jugando para la selección argentina frente a la de Uruguay, recibió un pase cuando entraba al área rival a la carrera y en forma perpendicular a la línea. Un defensor salía al cruce y Alonso tenía que resolver dos problemas al mismo tiempo: recibir el balón y superar a su marcador. Lo hizo sin detenerse: con el taco de su pierna izquierda elevó el balón por encima de la cabeza de su rival y, cuando bajaba, marcó con una espectacular volea.El mismo Alonso organizó su homenaje de acuerdo con sus deseos y eligió a la selección de estrellas del fútbol argentino que debía enfrentarse al River, y en la que figuraban, entre otros, Fillol, Cuciuffo, Olguín y Ramón Díaz. El River inició el partido con el equipo titular que el año pasado obtuvo la Copa de Clubes Campeones de América y la Copa Intercontinental, y del que Alonso fue capitán, incluso con el uruguayo Francescoli, que juega en el Rácing de París.

El partido fue bueno y terminó 1-1, con goles marcados por Francescoli y Ramón Díaz. A petición de Alonso, el técnico del River fue Reinaldo Merlo, otro de los históricos, titular junto a Beto durante 15 años. Ambos integraron el equipo en la década más importante de toda la historia del River.

En el partido preliminar, que disputaron dos equipos juveniles de la cantera, la multitud alentó con el mismo canto al número 10 que vestía la camiseta del River. Un chico también flaco, de pelo algo más claro pero con un corte similar, la misma postura fisica y una pierna izquierda deslumbrante. Era su hijo, Norberto. "Aloooonso-Aloooonso".

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