El cine negro de Polanski

J. BATLLE CAMINAL Nadie podrá poner jamás en duda el entusiasmo que Roman Polanski ha puesto en todos y cada uno de sus proyectos. Enamorado de los géneros clásicos, a ellos se ha lanzado en picado para, como comúnmente se dice, dinamitarlos desde sus propias entrañas. Si hace poco era el cine de aventuras inmortalizado por Walsh o Siodmak el blanco de sus tiros, con Piratas, una década atrás fue el cine negro el puesto bajo su advocación: Chinatown.

Chinatown está más allá del homenaje que es para convertirse en parte incuestionable de los homenajeados. Como en los puntales del género, la película escruta constantemente la figura del detective, maravillosamente encarnado por Jack Nicholson.

El detective se mete en un caso embarullado, recorre sigiloso los caminos de su laberinto y en todo momento desnuda su austera psicología al espectador, a empezar por esa ironía indispensable y por esas habilidades inherentes al oficio como la de poner un reloj debajo de un neumático para saber a qué hora partió el coche o la de toser a viva voz en una biblioteca para disimular un capricho poco legal, puro émulo del Bogart de El sueño eterno que entra en una librería con gafitas de no haber matado nunca a una mosca.

Ese detective, naturalmente, como mandan los cánones, encontrará en el sendero pérfido de sus pesquisas la mujer fatal. Faye Dunaway en un papel perverso, y su padre, John Huston, mucho menos inocente todavía en un desenlace que aquí nos vamos a callar porque es la médula de todo el intríngulis y la necesaria moneda para romper con todas las moralidades de la historia, si es que en algún momento la moral hubiera asomado la oreja. Cine negro, en fin, labrado según las tradiciones pero con personalidad.

Comedia trivial

TVE completa la programación del día con la emisión especial de Historias de la televisión, trivial comedia de José Luis Sáenz de Heredia, perpetrada en 1965 como consecuencia del éxito, años antes, de la célebre y ya clásica Historias de la radio. Mucha diferencia hay entre una y otra, y eso que el nutrido equipo de actores que encabeza el producto es absolutamente irreprochable.