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EL JUICIO SOBRE EL SÍNDROME TÓXICO

Acalorado careo entre Ferrero y Bengoechea

Juan Miguel Bengocebea, de 47 años, licenciado en Derecho, y Ramón Terrero, de 33, ex camarero de discoteca, mantuvieron ayer durante la vista sobre el síndrome tóxico un acalorado careo, el primero de los tres que han sido previstos hasta ahora. El tono de su discusión subió sobre todo por la vehemencia que mostró Ferrero, gerente y copropietario de Raelca, la empresa que destinó al consumo humano el aceite de uso industrial que le había vendido Rapsa, de los hermanos Bengoechea. Los otros dos careos se desarrollarán el lunes, fecha en que se reanudan las sesiones.

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El enfrentamiento, dialéctico de: ayer sirvió para mostrar en toda su crudeza las divergencias entre ambos aceiteros.En primer lugar, el secretario fue leyendo los puntos de contradicción en las declaraciones de los dos acusados. Seguidamente comenzaba el careo. Cuando el tribunal les dio paso, Bengoechea y Ferrero se miraron sin saber cómo empezar. Ambos estaban sentados en paralelo, no enfrentados, mirando hacia el tribunal. Los dos vestían con chaqueta y corbata.

El primero en hablar fue el aceitero donostiarra, quien aseguró que jamás había hablado a Ferrero de que el aceite fuera comestible. Las respuestas a gritos de Ferrero no se hicieron esperar. Unas veces, trataba a su interlocutor de usted, y en otras ocasiones le tuteaba. Siempre se dirigió directamente a Bengoechea, mientras que éste miraba sólo al tribunal, sin volverse hacia su interlocutor.

Bengoechea aseveró que no se había dado cuenta del cartel que figura en la entrada de Raelca que cita a esta empresa como envasadora de aceites. Iba en el coche y no se fijó. Esto exaspera a su contradictor. Las grandes voces de Ferrero, contrastan con la actitud parsimoniosa de Bengoechea, quien sólo esporádicamente sube el tono. Ferrero llega a decir hasta 20 veces "mentira"; Bengoechea, solamente una. Muchas de sus contradicciones quedaron en el aire, reclamando un árbitro. Ferrero terminó expresándolo así: "¿Por qué no se ponen aquí Pich y Garrote, testigos de sus conversaciones, y lo aclaramos entre todos?". El magistrado Siro García cerró la posibilidad: "Esa pregunta es impertinente". Pich y Garrote se enfrentarán a Bengoechea el próximo lunes.

Con la declaración de Alabart, que ocupó la mayor parte de la jornada de ayer, antes del careo, se ha producido un cambio de actitud de los defensores de los principales acusados: la nueva estrategia está clara: la defensa pasa al ataque.

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Los abogados de los hermanos Bengoechea, de los Ferrero y del propio Alabart realizaron multitud de preguntas de tipo técnico, a las que el acusado contestaba en muchos casos que desconocía la respuesta o frases como "he oído hablar algo de eso, sí". La estrategia se basa en que los defensores se han cansado de que tras los interrogatorios el mensaje que quede sean las contradiccionesde los procesados y que las preguntas de los acusadores floten en el aire como verdaderas. Ahora, después de las preguntas de los acusadores vendrán las preguntas técnicas de la defensa tendentes a demostrar que el aceite de colza desnaturalizado no fue el causante del síndrome tóxico.

La razón de que los defensores hayan empezado a utilizar esta táctica en este momento puede deberse a que Alabart es el más inteligente y preparado de todos los acusados. Tal vez se han dado cuenta, de que el interés público por la vista descenderá en las próximas semanas y han decidido adelantar por medio de sus preguntas las contradicciones o discrepancias que pudieran surgir en las pruebas pericial o testifical.

¿Quién engañó a quien?

La contradicción más ímportante del careo entre Juan Miguel Bengoechea y Ramón Ferrero se centraba en si el importador donostiarra dijo o no que vendería aceite de uso industrial. Ferrero ha sostenido que lo desvió al consumo humano porque creía que era un producto comestible.Esta parte del diálogo se desarrolló así:

Bengoechea. Yo fui allí, a Raelca. Hablé con Ramón. En aquel momento no sabía quién era. Fui con Garrote, que se au sentó para ir al servicio. Subimos a un altillo donde había una prensa hidráulica, y recuerdo que Garrote me dijo entonces que quería ver una empresa nueva que había por allí. Yo vine para hacerlas visitas de la mañana, y creo que esto fue a última hora de la mañana, y entonces vimos un bidón de hidráulico, y como estaba vacío, o alguna cosa de éstas, me parece que estaban reparando la prensa hidráulica. Me parece que se hizo una venta de aceite hidráulico.

Ferrero. Totalmente falso. El bidón de aceite fue Garrote quien lo vio y quien desde el primer momento dijo: "Anda, este aceite te lo puedo vender, yo". Totalmente falso que me dijera que vendía aceite industrial.

B. Yo estoy de acuerdo con que vio Garrote el bidón.

F. Sí, pero...

B. Yo he ido Siempre...

F. Mentira.

Presidente. Por favor, no grite.

Ponente. Pueden continuar.

B. Yo jamás he hablado de aceites comestibles con Raelca.

F. Mentira, me hablaste de aceite, pero nunca me dijiste que estuviera desnaturalizado.

B. Siempre lo he dicho.

F. Mentira.

B. Incluso en la...

F. Si es así, por qué no lo pusiste en la primera factura que se devolvió, y por, qué lo pone después en las facturas, pero no en los albaranes. Por qué ponías en unos, cuando venías a Industria, que era aceite de colza desnaturalizado y cobrabas a 63 pesetas, y en otros no lo ponías y cobrabas a ese precio. No ohstante, pueden comprobar ustedes ahí a cómo nos costaba a nosotros el aceite. Qué interés podíamos tener nosotros en comprar aceite desnaturalizado cuando nos costaba al mismo precio. Por favor, está ahí, mírenlo.

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