La renta variable cede terreno
Los mercados de valores se han visto empujados a la baja desde dos frentes diferentes, los tipos de interés y el sector eléctrico. En primer lugar, hay que situar a los valores eléctricos, que se han visto envueltos en la problemática de Fecsa. La respuesta del mercado ha sido inmediata y a algunas ventas procedentes del exterior hay que unir ahora otras de origen, al parecer, institucional, con lo que los recortes han sido muy fuertes, hasta él punto de situar a algunos de estos valores en su nivel más bajo de los dos últimos años.Por otra parte, el nuevo incremento de un punto que han registrado los tipos de interés en la subasta de préstamos, unido a la fuerte subida del mercado interbancario, ha venido a confirmar el endurecimiento de la política monetaria y, por consiguiente, la existencia de importantes alternativas a la inversión bursátil.
La presión del papel ha contado, no obstante, con algunas excepciones entre los valores industriales, que han conseguido mantenerse al alza en medio de un mercado en el que imperaba el ambiente negativo. Las escasas oportunidades que ofrece el mercado han sido bien aprovechadas por los inversores, a pesar de que sólo rumores y un importante volumen de dinero están detrás de estas subidas.
El nivel del negocio se ha mantenido en términos parecidos a los de los últimos días, y la situación al cierre no indicaba cambio alguno, aunque la mayoría de los asistentes se aferraban en sus manifestaciones a la existencia de posiciones compradoras para unos cuantos valores aislados, tal vez para evitar así referirse al resto del mercado.
En definitiva, el mercado de valores tuvo esta semana un comportamiento algo irregular y se mostró especialmente sensible a las noticias económicas que han ido aconteciendo.