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Por primera vez quiebra una empresa en la Unión Soviética

Pilar Bonet

Por primera vez en la historia, la URSS ha anunciado la quiebra y disolución de una empresa a causa de su gestión ineficaz y su falta de rentabilidad. Se trata de una compañía constructora de Leningrado, cuyos 2.000 obreros se han visto obligados a colocarse en otros trabajos, según la agencia soviética Tass.

Los obreros de la empresa declarada en quiebra han sido colocados de acuerdo con su especialidad y han podido conservar sus salarios básicos, de los cuales dependen las pensiones y el pago de las bajas por enfermedad.

La ley sobre las empresas estatales, que se encuentra actualmente en fase de discusión pública, prevé el cierre de empresas no rentables y el despido de trabajadores, a quienes hay que avisar con dos meses de antelación y a los cuales se garantiza un sueldo durante tres meses mientras buscan trabajo. La ley prevé que quienes no puedan colocarse en este plazo de acuerdo con su especialidad deben proceder a reciclarse en otra.

"Los casos de semejantes quiebras en la URSS no los recordaban siquiera ni las gentes de la generación más anciana", afirmaba Tass, según la cual lo sucedido en Leningrado "ilustra claramente el cambio en la vida económica del país".

Los directivos de la empresa disuelta preferían los métodos "administrativos" a los métodos económicos. El resultado eran los retrasos en la producción, los gastos excesivos y la falta de calidad en la producción. Incapaz de reorganizar el trabajo en condiciones de autogestión y autofinanciación, la empresa resultó deficitaria, según Tass, y la Asociación de Construcción de Leningrado, de la cual dependía la compañía, decidió disolverla y dividir sus fondos entre organizaciones rentables.

Otros ejemplos

La quiebra, una medida que resultaba prácticamente impensable hace unos años en la URSS, ha sido puesta en práctica en otros países socialistas, tales como Hungría y Polonia. La medida está destinada a incrementar la eficacia de la economía soviética, que trata de intensificar la producción con nueva tecnología más moderna. Esta semana, el prestigioso economista Leonid Abalkin, director del Instituto de Economía de la Academia de Ciencias, declaró que el próximo junio debe celebrarse un pleno extraordinario del Comité Central sobre una reforma radical de la economía. Durante su reciente visita a las repúblicas bálticas, el líder soviético, Mijail Gorbachov, anunció un pleno del Comité Central en junio, donde se examinará la situación de los organismos económicos, tales como el Comité de Planificación (Gosplan), el Comité de Abastecimiento (Gosnab) y el Ministerio de Finanzas.Entre las medidas ya adoptadas en la URSS está el Gospriom, un sistema de control que sigue un modelo ya existente en el ejército, y donde la producción de los objetos defectuosos se vincula a descuentos en los sueldos de los trabajadores.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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