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Argentina utilizará el ejemplo brasileño para conseguir nuevos créditos de la banca acreedora

Rosa Cullell

Argentina parece dispuesta a utilizar el ejemplo de Brasil, que decidió la pasada semana suspender los pagos de su deuda externa, para presionar en las negociaciones que inicia hoy en Nueva York con los bancos acreedores. Mario Brodersohn, ministro de Hacienda argentino, hizo ayer escala en Brasil, camino de Nueva York, para reunirse con su colega brasileño, Dilson Funaro. El propio presidente de Argentina, Raúl Alfonsín, ha manifestado su solidaridad por teléfono al presidente brasileño, José Sarney. Argentina pretende conseguir de la banca norteamericana nuevos créditos por valor de 2.150 millones de dólares.

La decisión de Brasil ha levantado oleadas de solidaridad en América Latina, mientras la banca internacional teme el efecto que ello pueda surtir en otros países endeudados. El gobernador del banco central de la República Dominicana anunció ayer que su país seguirá "más pronto o más tarde" el ejemplo brasileño suspendiendo los pagos de su deuda, informa Reuter. La República Dominicana, con una deuda externa de 4.000 millones de dólares, se encuentra inmersa en una aguda crisis económica a causa de la caída de los precios del azucar, su principal exportación.Algo parecido puede ocurrir con Filipinas. El Gobierno de Cory Aquino está estudiando el aplazamiento de las conversaciones para la reestructuración de su deuda, previstas para la próxima semana, mientras estudia la decisión adoptada por Brasil, informa Reuter. La nueva "línea dura" Filipina parece estar auspiciada por la ministro de Planificación Económica, Solita Monsod, y será hoy analizada por el Ministro de Finanzas, Jaime Ongpin, y el gobernador del banco central filipino, José Fernández.

El ministro de Hacienda argentino afirmó recientemente que "si nos proponen disparates, les contestaremos con disparates", al referirse a la reunión que comienza hoy en Nueva York entre los acreedores y los representantes de Argentina. Mario Brodersohn ha hecho una velada advertencia de que su país podría seguir el ejemplo de Brasil y no pagar los intereses de su deuda externa, que se eleva a 53.000 millones de dólares, si los bancos no les otorgan nuevos préstamos por valor de de 2.150 millones de dólares. El Gobierno argentino considera necesaria dicha cantidad para conseguir un crecimiento económico del 4% durante este año.

El ministro argentino, sin embargo, no ha querido asegurar que su país vaya a seguir el ejemplo brasileño, ya que, dijo, "ello crearía expectativas que no son correctas, y creo que la banca acreedora aceptará nuestras peticiones". No obstante, en los últimos días el presidente argentino, Raúl Alfonsín, ha telefoneado en repetidas ocasiones al presidente brasileño, y le ha reiterado su solidaridad ante la suspensión de pagos. El propio ministro argentino de Hacienda señaló al desembarcar en Río de Janeiro: "vengo a tratar de la solidaridad entre nuestros dos países".

Por su parte, los banqueros norteamericanos se han apresurado a advertir que no existen coincidencias entre la situación de Brasil y la de Argentina. La banca afirma que Argentina, al contrario que Brasil, cuenta con abundantes reservas de divisas, según ha informado el diario Clarín de Buenos Aires. El principal acreedor privado de Brasil, al igual que de Argentina, México y Perú, es el Citibank, cuyo presidente, John Reed, parece no estar dispuesto a hacer muchas más concesiones a los endeuda dos países latinoamericanos.

Solidaridad internacional

La solidaridad despertada por la decisión de Brasil ha sido amplia. La propia Comisión Económica para América Latina (CEPAL) acaba de hacer público un documento indicando que "la moratoria brasileña revela que el problema de la deuda externa no está resuelto de ninguna manera". La deuda externa del Tercer Mundo ya ha sobrepasado el billón de dólares, según informe hecho público por el Banco Mundial, en el que se refleja que 5 de los 11 paises más endeudados del mundo son latino americanos. Brasil se sitúa a la cabeza, con 109.000 millones de dólares, se gún estos últimos datos, y le si gue México, con 98.000. En la te mida lista, también está Argentina, con 53.000 millones de dólares, Venezuela con 34.000 millones y Chile con 24.000.

Tres presidentes latinoamericanos -Jaime Lusinchi, de Venezuela, Julio María Sanguinetti, de Uruguay, y Raúl Alfonsín, de Argentina- ya han hecho llegar personalmente su solidaridad a José Sarney. El presidente de Perú, Alan García, ha hecho múltiples declaraciones aplaudiendo la suspensión de pagos brasileña. Con el plan Baker muerto y enterrado y sin ningún proyecto internacional para re solver el problema de la deuda externa, los países del tercer Mundo tratan de buscar sus propias soluciones.

Otros países de la zona han manifestado, sin embargo, su voluntad de cumplir los compromisos contraídos con sus acreedores, caso de México y Colombia. El ministro de Hacienda de Colombia, César Gaviria, presidirá la misión oficial que esta semana negociará en Washington la obtención de más de 3.000 millones de dólares en nuevos préstamos. México, por su parte, espera conseguir a través de la negociación 13.700 millones de dólares para relanzar su economía y mantener su política de crecimiento.

El director del Banco Central brasileño para asuntos del exterior, Antonio Padua, comenzó ayer en Nueva York los primeros contactos con banqueros norteamericanos, y se espera que durante el próximo fin de semana el ministro de Hacienda de Brasil, Dilson Funaro, y el presidente del Banco Central, Francisco Gros, viajen también a Estados Unidos.

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