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Josefina Rivas

Al cuidado de la buena alimentación

Josefina Rivas, una veterinaria de 34 años, nacida en México, de padres españoles, es la única mujer que preside un colegio provincial de veterinarios: el de Toledo. Además, es la directora de un servicio de salud pública, el primero en España, cuya misión es controlar los alimentos que van a ser consumidos en las instituciones tuteladas por la diputación provincial. Su experiencia profesional le ha llevado al convencimiento de que si en todas las provincias existiera un servicio semejante, que incluyera también al sector privado, sería posible desterrar de nuestro país las intoxicaciones por alimentos.

Josefina Rivas regresó de México a España en 1963, a los 11 años. Estudió veterinaria en Madrid y trabajó como profesora no numeraria, durante dos años, en la cátedra de Fisíología. Posteriormente se empleó como meritoria -sin cobrar- en la Escuela Nacional Sanidad, hasta que en 1978 aprobó unas oposiciones que la destina ron a Cáceres. La creación del Servicio de Salud Pública en Toledo y el hecho de que su novio residiera en esta ciudad fueron las razones que la impulsaron a solicitar el traslado. Desde su cargo de directora del Servicio de Salud Pública, hace ya dos años, Josefina Rivas lamenta que este tipo de centros sea una excepción en el panorama nacional, y recuerda "las reiteradas recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en este sentido".Su trabajo consiste en controlar que los alimentos que cada día llegan a Toledo con destino a las instituciones dependientes de la diputación provincial estén en perfectas condiciones higiénicas y respondan a la calidad concertada. Algunos días -sin previo aviso- inspecciona las cocinas de la residencia universitaria, guarderías públicas infantiles, hospitales o residencias de ancianos, con el fin de comprobar el estado de los alimentos y la limpieza de las instalaciones. También se ocupa de informar a los manipuladores de alimentos sobre las condiciones idóneas en que deben realizar su trabajo.

"Es muy importante", asegura, "que las personas que están en contacto directo ¿on la comida sepan que, por ejemplo, no deben toser sobre los alimentos ni trabajar con alguna herida en las manos, por pequeña que sea, sin vendar". Estas precauciones evitan, según la veterinaria, un buen número de íntoxicaciones alimentarias. "Por eso es muy importante la educación sanitaria preventiva", señala.

Josefina Rivas no oculta que todavía hay mucha gente en Toledo que no acaba de entender la utilidad del servicio. Sin embargo, ella está convencida de que con el tiempo lo comprenderán y que, "en cualquier caso, los resultados son muy buenos. Eso en sí mismo justifica la existencia del Servicio de Salud Pública". Josefina Rivas asegura que en muchas ocasiones, por el hecho de ser mujer, ha sentido mucho miedo a equivocarse, "porque sólo por ser mujer está todo el mundo pendiente de tus posibles errores". No obstante, añade que esta situación se produce con menor frecuencia entre la gente joven, "que, afortunadamente, tiene otra mentalidad". Sus compañeros más jóvenes, asegura, son quienes han hecho posible su elección como presidenta del colegio, un cargo que ha sido impugnado por. un sector de los veterinarios de Toledo.

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