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Los beneficios de las empresas españolas se duplicaron en 1985

Los beneficios de las empresas españolas analizadas por la central de balances del Banco de España ascendieron a 278.103 millones de pesetas en 1985, algo más del doble de los conseguidos un año antes, según señaló ayer el subgobernador del Banco de España, Juan Antonio Ruiz de Alda. La mejora de los resultados, que se mantiene desde hace varios años, se debió en gran parte a la reducción de los costes financieros de las empresas consideradas. El subgobernador declaró que "esperamos que en 1986 la tendencia se mantenga y que aumenten más los beneficios antes de costes financieros".

La mejora de los resultados de las más de 4.000 empresas que contestaron al cuestionario del Banco de España, que engloban al 28% de la población ocupada y generan el 27% del valor añadido total de la producción, se ha dado tanto en el segmento de empresas públicas como en el de las privadas, según se puso de manifiesto en la presentación del estudio ante la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD).Mientras que las empresas públicas redujeron sus pérdidas de casi 105.000 millones de pesetas en 1984 a algo menos de 59.000 millones en 1985, las empresas privadas -que son el núcleo fundamental de las estudiadas- aumentaron sus beneficios de 235.443 millones de pesetas a más de 336.000 millones de pesetas.

La mejora de las empresas públicas, según el presidente del Instituto Nacional de Industria, Claudio Aranzadi, se ha debido tanto a la reducción de los costes financieros, situados a finales de 1985 en 489.000 millones de pesetas, como a los procesos de ajuste que se siguieron llevando a cabo en ese año.

Las empresas públicas, además, vieron reducidas las subvenciones de explotación que recibe del Estado en casi 50.000 millones de pesetas. Las empresas públicas lograron importantes mejoras en el valor añadido a lo largo de 1985 y una moderación en los gastos de personal, lo que permitió obtener un resultado económico bruto de casi 800.000 millones de pesetas, 50.000 millones más que el año anterior.

Las amortizaciones y las pro visiones de explotación e insolvencias de las empresas públicas sumaron más de 450.000 millones de pesetas y, por tanto, el resultado económico neto fue de 340.000 millones de pesetas, cantidad inferior a la de 1984. Pero los menores costes financieros y las menores pérdidas extraordinarias y de la cartera de valores permitió reducir a algo menos de 59.000 millones de pesetas las pérdidas del ejercicio, cuando un año antes fueron superiores a los 104.000 millones.

100.000 Millones

Las empresas privadas de la muestra, 3.845 en total, tuvieron unos beneficios de 337.000 millones de pesetas, 100.000 millones de pesetas más que en 1984. Las ventas de estas empresas superaron los 11,5 billones de pesetas mientras que un año antes fueron de 10,3 billones de pesetas. Los gastos de personal de las empresas privadas aumentaron durante 1985 algo más de 9% y el resultados económico bruto de explotación fue de 1,34 billones de pesetas.

Las amortizaciones y provisiones superaron los 550.000 millones de pesetas y, al final, el resultado neto fue de 792.000 millones de pesetas, un 19% mas que en 1984. Como los gastos financieros descendieron en 30.000 millones de pesetas, la mejora del resultado económico neto de explotación y este ahorro permitió enjugar la menor cantidad de dinero procedente de los intereses activados y presentar unos beneficios totales de 337.000 millones de pesetas, 100.000 millones más que en 1984.

Tanto el subgobernador del Banco de España como el resto de los empresarios que intervinieron en la presentación de los datos de la central de balances coincidieron en destacar que "se esta caminando por el buen camino para la recuperación de las empresas españolas, aunque aún queda un buen trecho por recorrer".

El presidente de la patronal bancaria AEB, Rafael Termes, señaló que, a pesar de la mejora, la situación de las empresas no es buena porque el rendimiento del activo de estas sociedades es inferior todavía en tres puntos al coste de los recursos ajenos que se necesitan para llevar a cabo la producción. Según Rafael Termes, si no se hubieran activado intereses las empresas consideradas en el estudio del Banco de España presentarían pérdidas.

Para Termes la reducción de los costes financieros, que no provocaron problemas de beneficios en los bancos, no puede considerarse como el camino para el definitivo arreglo de la rentabilidad de los fondos propios de las sociedades.

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