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La huelga general de hoy en Filipinas, primer acto de hostilidad de la izquierda contra Aquino

Antonio Caño

ENVIADO ESPECIAL, La precaria estabilidad del Gobierno de Corazón Aquino puede verse perjudicada hoy por una huelga general que constituye el primer acto de hostilidad de la izquierda contra la presidenta de Filipinas en sus 10 meses en el poder. El Ejército ha puesto en estado de alerta roja a sus unidades en Manila, en previsión de incidentes durante una semana de protestas por el asesinato del dirigente político y sindical Rolando Olalia, encontrado muerto el pasado viernes. Las fuerzas armadas, así como la policía, han anunciado una vigiancia especial en Manila para evitar desórdenes. Se espera que el efecto más importante de la huelga sea en el transporte, por lo que se ha previsto que vehículos oficiales colaboren a trasladar a la población e intenten evitar lo que puede ser un verdadero caos en una ciudad de ocho millones de habitantes.

Las organizaciones convocantes de la huelga, el sindicato Kilusang Mayo Uno (Movimiento Uno de Mayo) y el partido Ng Bayan (Partido del Pueblo), ambos presididos por el dirigente asesinado, han anticipado que el paro irá acompañado de manifestaciones de protesta en las calles, incluida una posible marcha hacia la capilla en la que está expuesto el cadáver de Rolando Olalia.Los organizadores han anunciado que a la huelga de hoy seguirán paros de media hora durante el resto de los días de esta semana, hasta culminar el jueves o el viernes con el entierro de Olalia, que la izquierda pretende que sea una protesta similar a la que se produjo tras el asesinato del líder opositor Benigno Aquino, en 1983.

Los convocantes de la protesta han asegurado que ésta continuará hasta la destitución del ministro de Defensa, Juan Ponce Enrile, a quien atribuyen la responsabilidad del asesinato de Olalia.

Al sindicato Kilusang Mayo Uno se le supone una afiliación de alrededor del medio millón de personas, con lo que, potencialmente, está en condiciones de poner en una situación dificil al Gobierno de Aquino, que acaba de salvar la amenaza de un golpe de Estado en el que se creía estaba involucrado el propio Ponce Enrile.

[Un secuestro, el del empresario japonés Nobuyuki Wakaoji, de 53 años, representante en Manila de Mitsui, vino el sábado a echar leña al fuego. Cinco hombres armados con pistolas dieron el alto al coche en el que volvía de jugar al golf y, tras identificarle, le obligaron a subirse a otro automóvil. Hasta el momento, nadie se ha responsabilizado del secuestro ni se ha recibido ninguna solicitud de rescate, informa Reuter.]

Algunos observadores creen, sin embargo, que la presidenta, que ha pedido serenidad a la población, tiene todavía el poder de convicción suficiente como para frenar las acciones de protesta contra su Gobierno.

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Ayer, en un acto organizado por la Unicef para recibir en Manila la llama de la paz, que recorre el mundo desde hace un año, Aquino demostró una vez más que goza del cariño popular. Varios miles de personas acudieron al parque Rizal, en Manila, para aplaudir a la presidenta y advertir que le darán su apoyo en el referéndum previsto para el próximo mes de febrero para aprobar una nueva Constitución. Tanto como ese respaldo, Cory Aquino agradecería ayer la presencia a su lado del jefe del Estado Mayor de las fuerzas armadas, general Fidel Ramos, que incluso se puso en pantalón corto para recorrer unos metros detrás de la llama de la paz. El ministro de Defensa no estuvo presente.

En ese acto, la presidenta advirtió a los que "siembran la violencia y el desorden" que ella misma encabezará contra ellos "la guerra" si no le dejan "otra elección".

La concentración convocada horas más tarde por el Kilusang Mayo Uno contó con la presencia de un par de millares de personas, en su mayoría jóvenes, que exigían la dimisión de Ponce Enrile.

El ministro de Defensa declaró en una conversación con periodistas filipinos que, si la presidenta se lo pide, presentará su renuncia. Enrile dijo que él nunca esperó ser ministro de Defensa y que tampoco espera nada ahora. "Lo que venga, bien venido sea", declaró.

El polémico general, que ha criticado reiteradamente la política de Aquino, desmintió cualquier relación con el asesinato de Olalia y aseguró que duerme tranquilo todas las noches. Uno de los representantes de la guerrilla del Nuevo Ejército del Pueblo (NPA) en las negociaciones con el Gobierno, Satur Ocampo, ha vuelto a acusar a las fuerzas armadas de "los asesinatos y todos los actos de fascismo" cometidos recientemente.

El dirigente izquierdista, que visitó el sábado el lugar donde se encuentran los restos mortales de Olalia, dijo que las conversaciones de paz no se reanudarán hasta que el Gobierno de Aquino haga justicia.

Según el relato de un periódico de Manila, Satur Ocampo fue vitoreado por grupos de jóvenes que cantaron La Internacional ante el cadáver de Olalia, que poco antes había sido visitado por la presidenta Aquino. Ocampo explicó que el NPA acepta sinceramente la oferta de paz hecha por la presidenta, pero añadió que últimamente se han producido sucesos dirigidos a abortar ese proceso.

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