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GENTE

María Martínez

de 70 años, lloró de rabia cuando los bomberos sacaron 10.000 kilos de basura que guardaba en su domicilio de Granada. La anciana, que vive de una exigua pensión, se dedica a recoger desperdicios durante la noche y amontonarlos en su casa. Su secreto fue descubierto por los vecinos, que avisaron a los municipales cuando la basura empezó a arder. Mientras los bomberos hacían su trabajo, protestó porque creía que la despojaban de objetos de valor. Al quedarse sola, salió por residuos para empezar de nuevo.

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