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SANIDAD

Las feministas advierten sobre el peligro de eugenesia en la manipulación genética

Milagros Pérez Oliva

El desarrollo de una parte de las nuevas técnicas de reproducción asistida está introduciendo la práctica de la eugenesia sin haberse formulado un debate en profundidad sobre las consecuencias sociales que puede comportar en el futuro, según diversas ponencias presentadas en la I Conferencia Femenina Europea sobre Tecnologías Reproductivas e Ingeniería Genética, que se celebra en Palma de Mallorca. Las participantes advirtieron también sobre los peligros que comportan algunos enfoques de los programas de consejo genético y diagnóstico prenatal que actualmente se aplican.

Nadine Fresco, del Centro Nacional de Investigaciones Científicas en Francia, recordó que hasta la II Guerra Mundial la eugenesia había sido bien aceptada incluso por los sectores progresistas, bajo el argumento de que podía aumentar los hijos de las personas más sanas y reducir los de las disminuidas. Pero la eugenesia cayó en descrédito, según Nadine Fresco, a partir de 1945, no sólo por la experiencia racista del régimen nazi, sino también por la aparición de la genética, "que ha demostrado que la eugenesia no es más que una ideología".La bióloga Paula Bradish, que trabaja en un programa de investigación sobre biología molecular, indicó que la eugenesia se está introduciendo de forma subrepticia, sin un debate sobre las consecuencias que pueden comportar estas investigaciones para el futuro. "Si alguien propusiera un programa de aplicación de la eugenesia sería rechazado inmediatamente, porque todavía es una palabra tabú; sin embargo, se está practicando de hecho en múltiples actos médicos, desde el chequeo del semen hasta el consejo genético y el diagnóstico precoz", dijo. Las investigaciones actualmente en curso pueden llevar, en un plazo relativamente corto, a la posibilidad de elegir no sólo el sexo sino otras características genéticas de la persona.

Riesgo-beneficio

Las pruebas que se realizan en el diagnóstico precoz destinadas a averiguar si el feto es normal fueron objeto de duras críticas por parte de Paula Bradish y la abogada alemana Theresia Degener, que los rechazaron como potenciales inductores de prácticas eugenésicas. Otras ponentes, entre ellas Nadine Fresco, consideran que estas pruebas tienen hoy consecuencias peligrosas para la mujer y denunciaron su aplicación sistemática a partir de ciertas edades o en ciertos supuestos estandarizados, pero no las rechazaron totalmente por considerar que en determinados casos podían ser necesarias y útiles. Esta fue la posición mayoritaria de las asistentes, aunque todas coincidieron también en alertar sobre su peligro potencial.Sobre este último aspecto Paula Bradish explicó que las investigaciones biogenéticas se están aplicando ya en Alemania Occidental para fines no médicos, y citó, por ejemplo, la elaboración de unas pruebas de resistencia del organismo humano a determinadas sustancias químicas. Estas pruebas podrían ser utilizadas para declarar la idoneidad laboral de los trabajadores de determinados sectores productivos peligrosos para la salud, en lugar de centrar la investigación en desarrollar métodos que eliminen la peligrosidad de los procesos productivos.

En cuanto a la aplicación actual del consejo genético y el diagnóstico precoz en las embarazadas, Theresia Degener consideró muy significativo que sean precisamente las mujeres de mayor nivel cultural las que los soliciten: "Es alarmante comprobar que ni siquiera las mujeres más informadas saben que sólo el 3% de las minusvalías son debidas a causas genéticas, qué no ocurrirá con las menos informadas. El resto de minusvalías se debe a accidentes diversos, a mala práctica médica, efectos nocivos de los medicamentos e incluso a la contaminación.

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